El mate es la infusión preferida por todos los argentinos, muy por encima del té y compitiendo mano a mano con el café.
Dado que millones de habitantes lo consumen a diario, se generan residuos que podrían ser reutilizados.
Al igual que muchos alimentos, la yerba sirve como ingrediente para hacer compost, un abono natural rico en nutrientes, 100% orgánico con grandes beneficios para nuestras plantas.
Para utilizar de manera correcta este residuo orgánico, lo primero que tenemos que hacer es un proceso de descomposición y de secado de la yerba.
La yerba húmeda puede generar hongos o bacterias en la tierra, o moho: la pelusa blanca.
Si arrojamos yerba sobre las hojas y flores de las plantas, esta actúa como un llamador de hormigas, moscas y otros insectos que pueden dañar nuestro jardín o la huerta.
Hacer un abono casero que tenga grandes beneficios para nuestras plantas es muy sencillo:
Colocamos la yerba del mate sobre un papel de diario o en un recipiente.
La llevamos al sol asegurarnos de que no llame a las hormigas y la dejamos unas horas a los rayos directos del sol.
Cuando notemos que ya está seca, dejamos reposar la yerba una noche más.
Al día siguiente ya estará lista para usarse mezclada en la tierra negra para usarse como abono.
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