¿Otra vez calculaste mal la cantidad de arroz y te sobró para alimentar a un ejército? No te preocupes, pasa en las mejores familias. Cuando ya no sabes qué hacer con esos restos que parecen multiplicarse en la heladera, una receta rápida y deliciosa viene de diez. Por eso acá te dejamos una: bastoncitos de arroz, perfectos para aprovechar hasta el último grano y que va a ser bienvenida por grandes y chicos.
En la procesadora coloca el arroz cocido y agrégale el huevo, la fécula de maíz y el queso rallado. Condimenta con sal, pimienta y pimentón. Triturá bien hasta lograr una mezcla homogénea que puedas moldear.
Forma los bastoncitos: Con las manos, toma pequeñas porciones de la mezcla y dales forma de bastoncitos, similar a unas croquetas. No hace falta que sean perfectos.
Llevalos al congelador.
Calienta el aceite en una sartén y fríe los bastoncitos hasta que estén dorados y crujientes.
Sirve estos bastoncitos como entrada, snack o acompañamiento. Son ideales para disfrutar con una buena salsa, como una mayonesa con ajo o un alioli.
Con esta receta, no solo evitarás tirar comida, sino que convertirás esos restos de arroz en un plato sabroso y fácil de hacer.
El arroz integral es más nutritivo debido a su contenido de fibra y nutrientes. El arroz blanco es más suave y se cocina más rápido.
El arroz blanco se somete a un proceso de pulido que elimina la cáscara, el salvado y el germen. Esto le da un color blanco y una textura más suave.
Tiene menos fibra y nutrientes en comparación con el arroz integral, ya que se pierden muchas vitaminas y minerales durante el procesamiento. Contiene más carbohidratos simples, lo que puede causar picos de azúcar en sangre.
Tiene un sabor más suave y una textura más esponjosa al cocinarse. Se cocina más rápido que el arroz integral.
El arroz integral se procesa mínimamente, conservando el salvado y el germen. Esto significa que se eliminan solo la cáscara exterior, manteniendo las capas internas nutritivas.
Es más rico en fibra, vitaminas (como B6 y E) y minerales (como hierro y magnesio). La mayor cantidad de fibra puede ayudar a mejorar la digestión y proporcionar una sensación de saciedad más prolongada.
Tiene un sabor más nuez y una textura más masticable. Tarda más en cocinarse y puede requerir más agua en el proceso de cocción.