La creatividad es el principal recurso para cocinar cuando el presupuesto es limitado. Lo conocen quienes provienen de europeos que se adaptaron a la posguerra y lo conocemos los argentinos, que hemos tenido que adaptarnos a lo largo de la historia.
En tiempos de crisis, en la cocina, una de las estrategias para economizar es reemplazar algunos alimentos por otros (para mantener en la mesa un plato similar al original) y no desperdiciar nada. "Antes de que se eche a perder, todo se aprovecha", decían las abuelas.
Y esos aromas y sabores típicos de las comidas de la abuela se quedan en la memoria. Hoy, las clásicas migas españolas con "engañifas" (Engaño artificioso con apariencia de utilidad).
Este plato tiene un origen incierto, pero se sospecha que proviene del tharid musulmán, una sopa de pan. Durante la época de la reconquista, este plato se elaboraba con trozos de cerdo que identificaban a los comensales como cristianos viejos.
Existen referencias escritas de platos parecidos a las migas anteriores incluso al siglo 12, pero no fue hasta entonces que se empezaron a documentar en libros de cocina y textos oficiales, la mayoría procedentes de la realeza. En el siglo 19, casi 20, la escritora Emilia Pardo Bazán publicó su libro “Cocina Española Antigua y Moderna”, en el que rescató varias recetas clásicas y antiguas del país que habían quedado en el olvido, entre esas las migas.
Por lo barato que es el plato, en epoca de posguerra se volvió muy habitual.
500 g de pan duro
300 ml de agua
2 pimientos verdes cortados en trozos
8 dientes de ajo con piel
1 cucharadita de Pimentón de la Vera (o pimentón ahumado)
110 ml de aceite
1 cucharadita de sal
Las engañifas pueden muy variadas. Hacer las migas es ultra barato y las engañifas variarán según el bolsillo de cada uno. Puede ser chorizo asados o al horno, milanesas de pescado, panceta frita, verduras asaldas, ensaladas, todo, todo lo que se te ocurra va a quedar exquisito con las migas.