En el cuarto episodio de Comedor Urbano, la comida peruana es la protagonista. Nico Bedorrou visitó el comedor Virgen de la puerta, un lugarcito escondido en Dorrego del que sólo los conocedores saben disfrutar de los sabores del país latinoamericano.
Una de sus características principales es que Virgen de la puerta no tiene cartel ni señalización externa que indique que se llegó al lugar. Angélica, su propietaria, dice que muchas veces pensó en poner el nombre, pero que por una u otra razón no lo hizo y ya decidió dejarlo así.
Además, de esta forma, a 25 de mayo 431 de Dorrego, Guaymallén, sólo llegan aquellos conocedores o quienes han recibido una recomendación.
Dentro del local, Perú y sus aromas típicos se manifiestan en toda su plenitud. Los clientes, principalmente miembros de la colectividad peruana, van en busca de esos platos que supieron disfrutar en su tierra natal, platos tan exquisitos y originales que se han convertido en patrimonio gastronómico del mundo.
Y el sabor de Virgen de la puerta no los defrauda. Porciones generosas, condimentos de la zona y precios accesibles son el sello característico de este bodegón.
Además, en el local sirven la famosa bebida cola que desplazó a las marcas conocidas mundialmente.
La historia de Angélica está signada por el esfuerzo. Dejó Perú luego de enviudar y trabajó más de 30 años sin feriados ni francos en su restaurante y recién hace 5 años comenzó a tomarse 15 días de descanso en enero, fecha en las que aprovecha para viajar a Perú para ver a su madre.
Es que todo tiene su impronta. La cocina es dirigida por ella y sus órdenes son claras y precisas para cumplir la máxima de su comedor: aquí la comida se sirve caliente.