Video: La monja que rompió el protocolo para despedir al papa Francisco y conmovió al mundo

Video: La monja que rompió el protocolo para despedir al papa Francisco y conmovió al mundo

Redes sociales

Una monja de 81 años, amiga personal del papa Francisco, rompió el protocolo en la Basílica de San Pedro y emocionó al mundo con su despedida. Geneviève Jeanningros, referente en la defensa de los excluidos, rezó y lloró junto al féretro del pontífice argentino, con quien compartía una profunda amistad.

Geneviève Jeanningros, una religiosa francesa cercana al papa Francisco, protagonizó una escena profundamente emotiva durante el velorio en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. A los 81 años, y desafiando el estricto protocolo eclesiástico, se acercó al féretro del pontífice argentino para darle su último adiós.

El gesto ocurrió mientras miles de fieles y representantes de la Iglesia rendían homenaje en la capilla ardiente. Jeanningros, integrante de la orden Hermanitas de Jesús, rompió la fila y se detuvo, con su mochila al hombro, frente al cuerpo del Papa. Durante varios minutos permaneció en silencio, rezando y llorando, sin que nadie intentara interrumpirla. Su presencia fue tan respetada como conmovedora.

La escena se viralizó rápidamente y dio a conocer una historia poco difundida: la profunda amistad que la monja mantenía con Francisco. Durante años, compartieron una visión pastoral centrada en la inclusión y el acompañamiento de los más excluidos.

Quién es Geneviève Jeanningros, la monja que despidió a Francisco entre lágrimas

Jeanningros es sobrina de Léonie Duquet, una de las monjas francesas desaparecidas durante la última dictadura militar en Argentina. Su historia personal está atravesada por el compromiso con los derechos humanos, la memoria y el trabajo pastoral en los márgenes de la sociedad.

Desde hace más de 50 años, reside en Ostia, una localidad costera cercana a Roma, donde se ha dedicado a asistir a personas trans, feriantes y trabajadores ambulantes. Gracias a su labor, logró acercar al papa Francisco a estos grupos, organizando visitas al Vaticano y gestionando apoyo durante los años más duros de la pandemia, junto al cardenal Konrad Krajewski.

En julio de 2024, logró que el Papa visitara un parque de diversiones en Ostia, donde bendijo una imagen de la “Virgen protectora del espectáculo y del circo”. Esta acción fue parte del enfoque de Francisco por incluir a los sectores tradicionalmente marginados por la Iglesia.

Además de su militancia social, Geneviève Jeanningros también participó activamente en los juicios por delitos de lesa humanidad en Argentina, declarando en Comodoro Py durante el proceso en el que fue condenado Alfredo Astiz por su participación en la desaparición de su tía.

Francisco la llamaba cariñosamente “la enfant terrible” y su relación fue cercana y constante. La monja asistía habitualmente a las audiencias papales de los miércoles, muchas veces acompañada por comunidades LGBT+, artistas callejeros y nómades.

Este lunes, la religiosa le dio el último adiós a su amigo de toda la vida con un gesto íntimo, cargado de simbolismo: una oración, unas lágrimas, y un silencio que atravesó corazones.