En pleno fin de semana largo de Semana Santa, y con Potrerillos colmado de turistas, una pareja mendocina decidió sellar su historia de amor con una emotiva ceremonia frente al dique y un festejo muy particular. Compartieron las fotos a través de las redes sociales y su historia se volvió viral.
Dicen que cada fiesta se amolda a quienes la realizan y en esta ocasión el evento se robó todas las miradas. Una joven pareja decidió dar el sí en unos de los escenarios más imponentes de Mendoza y se casaron con el Dique Potrerillos de fondo. Compartieron las postales a través de las redes sociales y conquistaron el corazón de todos.
Una pareja mendocina eligió el imponente paisaje de Potrerillos para celebrar su casamiento durante Semana Santa. En una escena digna de película, pero en plena cordillera, Valeria Zapata y Jonathan Fernández dieron el “sí” frente al dique y luego compartieron su alegría saludando a quienes transitaban por el túnel de Cacheuta.
Era el fin de semana largo de Pascuas. El Dique Potrerilllos rebozaba de gente, mendocinos y turistas decidieron pasar una jornada en medio de la cordillera. Sin embargo, una escena capturó la atención de todos los que pasaban.
Un altar decorado con telas blancas le dio el toque final a una boda soñada. Es que ahí estaban Valeria y Jonathan para dar el sí y celebrar su casamiento con una ceremonia al aire libre, rodeados de montañas, nubes y emociones.
“El 18 de abril vivimos uno de los días más hermosos de nuestras vidas: nuestro casamiento, un sueño hecho realidad, en el lugar que amamos, rodeados del amor de Dios, nuestras familias y cada una de las personas que nos acompañaron con el corazón lleno”, escribieron a través de las redes sociales donde compartieron las postales que se hicieron virales entre los mendocinos.
La ceremonia tuvo lugar a orillas del dique de Potrerillos, donde familiares y amigos se acercaron para compartir el momento. Ella vestida de blanco, él de azul. Ambos rompieron con los moldes tradicionales usando zapatillas rojas a tono con la corbata del novio y el ramo de la novia.
Eso no fue todo, ya que los recién casados decidieron salir por el túnel de Cacheuta para hacer algunas fotografías que les quedarán guardadas para siempre y además saludar a quienes pasaban por allí.
Una historia de amor nacida en pandemia
El vínculo entre Valeria y Jonathan comenzó de forma inesperada durante los meses más duros del aislamiento por COVID-19. Ella, en Mendoza; él, en Buenos Aires. Se conocieron jugando en línea a través de una aplicación llamada Plato. Lo que empezó como un pasatiempo, terminó siendo el inicio de una relación profunda y duradera.
“Fue en plena pandemia. Nadie se imaginaba enamorarse así, a distancia y sin haberse visto nunca en persona”, recuerda Valeria. Recién tres años después de ese primer mensaje pudieron abrazarse y verse en persona. “Nos pusimos de novios en el Puente de la Mujer y ahí empezó la aventura”, recordaron juntos.

Desde ahí tuvieron que acomodar sus horarios y sus vidas porque sabían que esta historia continuaba. Entre idas y vueltas, las despedidas se hicieron cada vez más duras hasta que decidieron quedarse en Mendoza. “Me enamoré de Mendoza y me quedé”, explicó Jonathan, quien aseguró que al principio le costó, pero que ahora ya maneja hasta el dialecto mendocino.
Una boda soñada en Potrerillos
La pareja, que ahora reside en Mendoza, decidió casarse en un lugar un poco atípico, el perilago del Dique Potrerillos. “Toda mi vida me gustó mucho ese lugar”, apuntó Valeria y agregó que en una de las conversaciones que tuvieron, durante esos tres años que estuvieron conociéndose, le confesó a Jonathan: “estoy acá en Potrerillos donde me voy a casar algún día”, sin saber que años después se iba a casar exactamente en el sitio donde lo soñó y con la persona a quien se lo confesó.

De a poco fueron haciendo los preparativos, primero se casaron por civil el 16 de enero y luego tuvieron la ceremonia el 18 de abril. “Fue mágico”, apuntaron ambos, quienes confesaron que para lograr hacer la boda al costado del dique recibieron la ayuda de sus familiares, amigos y de la iglesia a la cual asisten.
“Para nosotros la ceremonia fue la más importante porque es donde Dios nos bendice. Fue como un cuento de película, demasiado lindo”, contaron a elnueve.com.