Dylan dormía placidamente en el Glacier View Ranch, un campamento cristiano situado en Ward, un pueblo del estado estadounidense de Colorado, cuando cerca de las 4 de la madrugada un "crujido" lo despertó.
Pero lo que nunca imaginó es que que el ruido venía de su cabeza y que un oso de grandes dimensiones le estaba mordisqueando el cráneo.
"El ruido fue el que produjeron sus dientes raspando contra el cráneo", explicó el joven de 19 años. "Me agarró, me mordió y me arrastró. Esa fue la peor parte, sentí que era para siempre". Sus compañeros de voluntariado trataron de salvarle la vida al intentar asustar al animal, que finalmente lo soltó y no le causó mayores daños.
Dylan y sus amigos dormían al aire libre en la orilla del lago cuando sucedió el inusitado ataque.
"No tengo miedo de los osos, tampoco me da miedo dormir fuera, solo tienes que ser consciente y respetar a los animales", comentó. Los trabajadores de los parques naturales de la zona, no obstante, han pedido precaución a los turistas que visiten las inmediaciones porque el oso, al que han definido de "peligroso", sigue suelto.
WARNING: Graphic pic of #bearattack survivor, Dylan. Back of his head, before staples. Is recovering. Took some time to speak with #Denver7 pic.twitter.com/N6ixtLBRLr
— Amanda del Castillo (@AmandaDTV) 9 de julio de 2017
Marks left by bear. Dylan tells us he teaches wilderness survival at #GlacierViewRanch camp-- clearly, no one more qualified! Story at 5p. pic.twitter.com/eDWCM323YX
— Amanda del Castillo (@AmandaDTV) 9 de julio de 2017