Ignacio "Nacho" Lucero es un guía de montaña que ha hecho cumbre en el Aconcagua 41 veces y suma 54 expediciones al cerro más alto de América. Y las dos últimas las hizo con alguien muy especial: su perro guía, Oro.
Para Nacho el perro es un deportista pero, además es un amigo. Gracias a él, el joven guía pudo superar el ACV y un infarto que tuvo en el Himalaya cuando Oro llegó a su vida.
El perro apareció en la puerta de su casa y se quedó varios días, hasta que decidió adoptarlo y entrenarlo, “aunque en realidad nos empezamos a entrenar juntos porque fuimos aprendiendo", reconoce.
En ese momento comprendió que el animal tenía un gusto especial por la montaña. "Se me ocurrió utilizar una disciplina que se llama canicross que consiste en utilizar la energía del perro. Si bien se practica en zonas urbanas, yo la empleé en altura”.
Así fue que en 2016 subieron por primera vez el Aconcagua.
Es un perro de asistencia “él me marca tiempos de descanso, de hidratación y fin de jornada” además contó que “cuando yo estaba mal y debía tomar mi medicación me marcaba el horario”.
Ahora Ignacio busca que Oro se jubile como perro guía y dentro de las Jornadas de Derecho Animal se empezó a analizar el incluir a los animales guía dentro del Código Civil como figura no humana, para revestirlos de los derechos necesarios que le garanticen vidas dignas y sanas, así como sucedió con la Mona Cecilia del Zoológico de Mendoza.
Mirá la entrevista que nos brindaron en Cada Día: