Ejemplo de vocación y compromiso

Un médico jubilado tiene 91 años y atiende gratis todos los días a sus pacientes

Una foto de este profesional, que brinda testimonio de su dedicación, se volvió viral.

Por
Perfil autor
Redacción ElNueve.com
4 de diciembre de 2017 | 11:20

Luis Schapira es un médico jubilado que a sus 91 años sigue demostrando su dedicación y compromiso con sus pacientes. Todas las mañanas de lunes a viernes dice presente en el Hospital Fernández, en Buenos Aires, donde ya lleva 65 años de profesión.

Su historia se volvió conocida y rápidamente se viralizó en las redes sociales, gracias a un tweet que decía: “Cuando te preguntes qué es la vocación, acordate de este médico jubilado que sigue viniendo ad honorem al hospital”.  El mensaje lleva más de 5800 "retweets" y casi 17 mil “me gusta”.

 “Sigo yendo porque amo a la medicina y al hospital público. Me gusta aprender, aunque sé que me quedan pocos años para ejercer, sigo estudiando y me gusta escuchar a los jóvenes a los que dirigí cuando hicieron la residencia. Las mañanas son los momentos más lindos de mis días”, manifestó Luis a diario La Nación.

Luis tiene una gran historia que se inició en una familia judía muy humilde de un pueblo de Entre Ríos donde no existía ni la energía eléctrica ni el agua corriente. Su mamá era ama de casa y se ocupaba tanto de él como de su hermano Samuel que murió muy joven por un cáncer de pulmón. Su papá tenía un boliche en el que se “vendía de todo”: “En esa época había plagas de langostas entonces se ponían barreras en el pueblo para evitar que invadan y mi padre vendía bolsas de langostas al Estado”.

Este jubilado de apenas 91 años recuerda que la secundaria la hizo en Buenos Aires. Vivía en un conventillo con otras familias y su mamá cocinaba para los 14 que estaban en la casa: “La estoy viendo ahora, temprano, yendo al mercado a comprar y cocinando para todos. Tuve una madre espectacular y muy trabajadora”, rememora.

La vida de Luis continuó en el colegio Mariano Moreno donde se recibió de Bachiller para luego inscribirse en Medicina. Allí las cosas no fueron más sencillas porque mientras trabajaba en la Empresa Argentina de Prensa y Publicidad, haciendo stencils y grababa artículos destinados a los diarios del interior en contra del nazismo, pero los ingresos no eran suficientes para comprar los libros, y se la pasaba leyendo en las bibliotecas públicas.

Su amor por la medicina nunca se detuvo“En mis 65 años de médico pasé por el Hospital Alvear, por el Rivadavia, por el Ramos Mejía y terminé en el Fernández, donde fundé la primera cátedra de Clínica Médica de la Universidad del Salvador y fui profesor durante 40 años. En todos ellos hay un conjunto de profesionales que «se pone la camiseta del paciente» y lucha, lucha, lucha tratando de solucionarle todos los problemas. El paciente internado recibe tan buena atención que lo que suelo decir es «pobre la gente de dinero, no hay que discriminarla, debiera tener tan buena atención como la que el hospital público brinda a sus pacientes»”.

La vocación pudo más en el Dr. Shapira que sigue en actividad como el mismo relata: “los lunes a la mañana voy de 8 a 9 a nefrología, de 9 a 10:30 a la recorrida de clínica médica y de 11 a 12 en oportunidades doy una clase; los martes voy de 8 a 9 a infectología, de 9:30 a 10:30 a la recorrida de clínica y de 11 a 12 a cardiología; los miércoles voy de 8:30 a 10 a endocrinología y de 11 a 12 al ateneo general de clínica médica; jueves por medio voy de 8 a 10 al consultorio de diabetes y el otro al de neumonología y los viernes de 8 a 10 voy a gastroenterología”.

Mendoza +

chevron_left
chevron_right

Viral +

chevron_left
chevron_right

Noticiero 9 +

chevron_left
chevron_right

Lo Último