Con el paso del tiempo, las cadenas, aros o pulseras pierden brillo y resplandor, o incluso se vuelven negras.
Aunque es normal que esto ocurra, nos gustaría que nuestras joyas duraran para siempre con ese brillo del primer día.
Son varios los factores que pueden opacar nuestra joyería cómo la transpiración, la acidez de la piel, la contaminación y los cosméticos.
No solo influye el uso, sino también el polvo se encarga de cambiar su color y su brillo.
Es por eso que además de guardarlas correctamente, hay que limpiar las joyas con regularidad.
Existe una solución práctica y económica para recuperar los anillos, aros, pulseras y nuestras joyas oxidadas.
Existe un método muy efectivo y ecológico para limpiar la joyería ennegrecida u oxidada.
- Bicarbonato de sodio.
- Pasta de dientes.
- Agua.
Antes de empezar es aconsejable introducir todas las piezas que queremos limpiar en un recipiente con agua tibia durante 10 minutos.
Luego mezclamos 1 cucharada de bicarbonato de sodio y 1/2 cucharada de dentífrico en un recipiente pequeño con 1/2 taza de agua tibia.
Mezclamos bien hasta crear una especie de agua jabonosa.
Sumergimos un cepillo y con él comenzamos a limpiar accesorio en profundidad.
Cuando hayamos limpiado la pieza, la secamos con un paño seco y limpio, mejor si es una gamuza suave o paño de microfibra.
Tip: Un truco muy efectivo para evitar que el metal se oxide es colocar una capa protectora de vaselina en la pieza y dejar secar. Solo cuando la pieza esté protegida y seca, podrás usarla y guardarla.
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