Es habitual que encontremos enfermedades provocadas por hongos tanto en las plantas de interior, como en las de exterior.
Los hongos son organismos que conviven con las plantas en nuestro jardín. Al comienzo son invisibles a simple vista pero con el paso del tiempo pueden formar estructuras más grandes que terminen siendo perceptibles a nuestros ojos.
Los hongos en nuestras plantas aparecen debido distintos factores, entre ellos el exceso de humedad en el ambiente o en la tierra o también, por el aumento de las temperaturas.
Es por eso que debemos vigilar su aparición, sobre todo, en los meses de primavera.
Podemos evitar su aparición si controlamos el nivel de humedad de la tierra y evitando regar la planta en exceso.
Si son macetas de interior, lo ideal será colocarlas en zonas donde tengan abundante luz natural.
Si crees que tu planta está siendo atacada por hongos, vigila con atención la parte de abajo de las hojas y los tallos. Algunos indicios que nos muestran que la planta está siendo atacada por hongos es la aparición de pequeñas manchas.
El bicarbonato de sodio es un buen aliado para eliminar los hongos.
Esta sustancia actúa como un “veneno” para los hongos ya que empeora el ambiente en el que estos se desarrollan.
Los hongos viven en entornos ácidos, mientras que el bicarbonato presenta un pH alcalino.
Podemos hacer un fungicida casero con bicarbonato y jabón o bicarbonato y leche.
Por cada litro de agua, mezclaremos una cucharada generosa de bicarbonato y jabón neutro y mezclaremos todo.
Lo añadimos en un pulverizador y bañamos la planta al completo, haciendo hincapié en las zonas donde aparecieron las manchas.
En este caso, mezclaremos una cucharada de bicarbonato de sodio y 200ml de leche diluída en 1L de agua.
Al igual que en el anterior caso, debemos pulverizar.
También se puede utilizar de forma preventiva cada 15 días. Además de tener un efecto fungicida, la leche aportará calcio y potasio, entre otros beneficios extra.
El ajo presenta numerosas características que lo hacen beneficioso para las plantas.
Podemos usarlo como insecticida, bactericida, fungicida… En este caso, utilizaremos este remedio como tratamiento curativo, ya que no servirá para prevenir su aparición.
La proporción es de 100gr de ajo por cada litro de agua. Únicamente debemos introducir el ajo machacado dentro del agua, agitar bien y pulverizar sobre la planta.
El vinagre tiene múltiples propiedades beneficiosas para las plantas. Podemos usarlo como herbicida natural, bactericida, regulador de pH del suelo, así como estimulador de las defensas naturales de las plantas.
En este caso, podemos usar el vinagre que encontramos por casa para beneficiarnos de sus propiedades antifúngicas. Este altera el pH del suelo (bajándolo), evitando que proliferen los hongos.
Hay que diluir una cucharada de vinagre en 1L de agua y pulverizar.
Gracias a su contenido en azufre, podemos utilizar la manzanilla para prevenir y tratar hongos. También aportará potasio y calcio. Además, presenta propiedades insecticidas.
Se utiliza en los semilleros ya que evita el damping off (que afecta principalmente a las plantas más tiernas). También en plantas adultas para tratar mildiu y roya.
Debemos infusionar 1 o 2 sobrecitos de té de manzanilla en 1L de agua. Posteriormente, pulverizamos sobre la tierra y las plantas.
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