Una familia de Tupungato será indemnizada con más de medio millón de pesos por haber consumido un pollo en mal estado en el año 2011. La justicia falló a su favor, luego de determinar que la ingesta produjo intoxicación.
Todo comenzó cuando el 4 de julio de 2011, Romina G., una ama de casa, compró un pollo de dos kilos seiscientos en la sucursal de una importante cadena de supermercados en Tupungato.
Esa misma noche la mujer lo cocinó y lo comió junto con su hija. Horas después ambas se descompusieron y tras concurrir al hospital General Las Heras, fueron diagnosticadas con intoxicación alimentaria.
A raíz de lo ocurrido, la victima llevó la otra mitad del pollo para que se realizara un análisis de laboratorio en el Ministerio de Salud. La prueba estableció que la muestra no era apta para el consumo.
Luego de denunciar el caso ante Defensa al Consumidor y viendo que el supermercado no se presentó a la instancia de mediación, ni tampoco se ocupó de su estado de salud, la familia tupungatina inició una demanda por daños y perjuicios.
El fallo de primera instancia determinó que el supermercado debía sustituir la entrega del pollo por una orden de compra y $30 mil en concepto de daño moral. Sin embargo, este primer fallo fue apelado por ambas partes.
Finalmente, la Cámara de Apelaciones Civil determinó como sentencia el pago de $660 mil más los intereses y un pollo del mismo peso que el adquirido.
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