VIH: sale a la luz una esperanza científica para su cura

VIH: sale a la luz una esperanza científica para su cura

Un paciente de Alemania se sometió a un tratamiento de células madre y presentó remisión del virus. Sin embargo, este proceso no es aplicable a todos los pacientes. ¿Por qué?

En el ámbito de la salud, surgió una noticia que trajo esperanza a pacientes y familiares de pacientes con VIH. Es que un paciente alemán de 60 años no presenta rastros del virus en su organismo después de haber sido sometido a un trasplante de células madre y haber dejado de tomar medicamentos antirretrovirales en 2018.

Este hombre, diagnosticado con VIH en 2009 y con leucemia en 2015, recibió un trasplante de médula ósea y desde hace seis años no muestra signos de la enfermedad. Este caso, presentado en un simposio en Alemania, representa el séptimo en el mundo con remisión del VIH.

El doctor Víctor Bittar, jefe del Programa de Sida de la provincia, explicó que este avance es alentador pero no aplicable a todos los pacientes. El trasplante de células madre implica una “limpieza” de la sangre, lo que ha mostrado mejoras significativas en algunos casos. Sin embargo, este procedimiento no es universalmente aplicable debido a su complejidad y los riesgos asociados.

En Argentina, se diagnostican aproximadamente 5300 nuevos casos de VIH al año, y 140,000 personas viven con el virus. De estas, el 13% desconoce su condición, lo que aumenta el riesgo de transmisión.

Mendoza 

En Mendoza, se diagnostican entre 300 y 350 nuevos casos anualmente. La prevención sigue siendo fundamental, y el uso de preservativos es crucial para evitar la transmisión del virus.

El doctor Bittar también destacó la importancia de la profilaxis pre-exposición (PrEP) para personas con alto riesgo de exposición al VIH. Esta estrategia preventiva, junto con el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado, puede mejorar significativamente la calidad de vida de las personas con VIH.

Este avance científico abre la puerta a nuevas posibilidades, como la modificación genética de la sangre del propio individuo para evitar la necesidad de trasplantes de células madre heterólogas. Aunque aún no se ha logrado una vacuna preventiva, los avances en tratamientos inyectables cada dos o seis meses han mejorado notablemente la vida de quienes viven con VIH.

La comunidad científica sigue trabajando arduamente para encontrar una cura definitiva, y cada avance nos acerca un poco más a ese objetivo. Mientras tanto, la prevención y el tratamiento temprano siguen siendo nuestras mejores herramientas en la lucha contra el VIH.