Ilusión en la niñez: que no se pierda la magia

Ilusión en la niñez: que no se pierda la magia

Si bien fechas como la venida de los Reyes Magos, renuevan de manera efectiva la belleza de la fe en lo mágico, muchos padres creen que “blanquear” siempre determinados temas, les evita una decepción. Sin embargo, en esta nota te contamos por qué el adulto de hoy, necesita no soltar esas creencias.

Más allá de las maneras diferentes de criar a los niños de la casa, poder discernir el valor de mantener la ilusión de varios temas como “Reyes Magos”, “Papá Noel”, o el “Ratón Pérez” resulta vital tanto para padres, como para los hijos. Es verdad que la vida misma se encarga de que el globo “pinche” esas verdades, y que para muchos “la decepción es peor”. 

Sin embargo, ¿no cabe preguntarse si lo que verdaderamente hace ruido no es una proyección adulta sobre el tema, más que evitar la decepción infantil? Una mirada de la vida con un color más pesimista que transmutaría, quizá, más en una carencia adulta, que en una necesidad de los chicos, de no creer en nada.

Como bien sustenta la psicóloga Vanesa Elías “cuando los chicos tienen dudas respecto a algo, nos van a venir a preguntar, y como adultos responderemos solo lo que nos consulten con la verdad. Pero mantener esa magia de momentos es importante, ya que lo que hacemos como adultos cuando los privamos de esto habla más de nuestros propios dolores, vivencias y carencias, y no de lo que el niño/a necesita“.

-¿Qué se debería hacer?

Se necesita trabajar la aceptación y la humildad de que como padres estamos en la vida para acompañar, pero no para evitar determinados golpes a los hijos. Los tránsitos son de cada cual. Si trabajamos no desde el miedo, sino con herramientas para acompañarlos en la vida, para que cuando las decepciones lleguen podamos estar, desde el amor, entonces será mucho más positivo e importante. Hay que desdramatizar la situación, que no es minimizar, acompañando todo como un paso más de la vida. Eso es lo fundamental. Hay que generar que todo fluya de manera más orgánica. Los niños tienen ilusión por naturaleza y eso es maravilloso. Por eso, lo mejor que podemos hacer es ayudarles a mantenerla, será beneficioso para ellos, pero también para los mayores de su alrededor.

 –¿Por qué es importante mantenerla?
Que los niños se sientan ilusionados frecuentemente les ayuda en su calidad de vida y en su desarrollo. 

-¿Cómo podemos mantener su ilusión en las cosas en general?

Fomentar la imaginación potenciará su ilusión. Hay muchas formas de estimular la imaginación de un peque: viendo películas de animación, leyendo libros, cantando canciones, dibujando…
Vivir con ellos experiencias y contagiarse unos a otros. Si además de ayudarlos a potenciar la imaginación, les acompañamos y vivimos experiencias junto a ellos, su ilusión crecerá. De hecho, si los menores viven una vida más feliz, será algo muy positivo porque también influirá positivamente en la vida de los mayores.
Proponerles eventos que les hagan ilusión y que esperen con ansia. Aquí no solo hablamos del Ratoncito Pérez o de la llegada de Papá Noel, también hay otro tipo de acontecimientos que pueden ser muy ilusionantes para los niños. Por ejemplo, las fiestas del lugar donde viven, una excursión al campo, un día en el parque de atracciones, los carnavales, un fin de semana en la playa…
Anticiparles los planes. Si además de encontrar acontecimientos que de por sí sabemos que les pueden gustar, si se los anticipamos, también podemos hacer aumentar su ilusión por ellos. Por ejemplo, podemos decirles durante la semana que el sábado haremos un plan especial.
Interesarnos por las cosas que les hacen felices y que les ilusionan. Tener interés por sus gustos y preferencias es una buena forma de potenciar su ilusión. ¿Por qué? Porque también estaremos potenciando su autoestima y la confianza en sí mismos.
Apoyarlos siempre. Al igual que es importante interesarnos por sus cosas, también lo es apoyarlos, ese apoyo incondicional de sus figuras de referencia también repercute en su autoestima.
Dejarlos aprender y crecer libremente sin obligarles. Es decir, debemos dejarles crecer a su ritmo para que ante todo disfruten de su infancia.

La profesional estuvo con el equipo de Cada Día, mirá la nota.