¿Es beneficioso para los adultos tomarse un descanso laboral prolongado? Y para los adolescentes, retrasar la decisión sobre su carrera universitaria, ¿es algo efectivo? Tips profesionales en esta nota.
Tomarse un año sabático en lo laboral o postergar la elección de una carrera universitaria son decisiones que pueden influir significativamente en la vida de las personas, tanto en su desarrollo personal como profesional. Ambas opciones ofrecen ventajas y desventajas que vale la pena considerar antes de dar el paso.
Como explica la psicóloga y psicopedagoga Nancy Caballero ” si hablamos de los ‘pros’, par quienes pueden hacerlo, un año sabático puede ser una oportunidad invaluable para reevaluar metas profesionales, explorar nuevos intereses y rejuvenecerse emocional y mentalmente. Para muchos, significa un descanso necesario para evitar el agotamiento y el estrés laboral, lo que puede mejorar significativamente la productividad y la creatividad a largo plazo. Además, permite dedicar tiempo a proyectos personales, viajar y aprender nuevas habilidades que podrían ser útiles en el ámbito laboral. Y aunque no se tratara de todo un año, el hecho de tomar un descanso, el que se pueda mentalmente ayuda a tomar respiro, cerrar el ciclo”.
-¿Qué contras pueden generarse?
Si bien pareciera una panacea, también puede conllevar riesgos financieros y profesionales. Puede ser difícil reintegrarse al mercado laboral después de un largo periodo de ausencia, especialmente si la industria experimenta cambios significativos durante ese tiempo. Además, existe la posibilidad de que el empleador actual no garantice la reincorporación o que se pierdan oportunidades de promoción y desarrollo profesional.
-¿Qué sucede en los estudiantes universitarios que comienzan y dejan una carrera?
Si hablamos de los beneficios, optar por no apresurar la elección de una carrera universitaria puede ser beneficioso. Les permite explorar diferentes intereses a través de cursos electivos, prácticas y actividades extracurriculares, lo que puede ayudarles a tomar decisiones más informadas y alinear mejor sus habilidades con sus aspiraciones profesionales. Además, puede reducir la presión académica y emocional, permitiéndoles disfrutar más del proceso educativo.
Sin dudas postergar la decisión sobre la carrera universitaria puede prolongar la incertidumbre y dificultar la planificación financiera para la educación superior. Además, en algunos casos, puede retrasar la entrada al mercado laboral y limitar las oportunidades de ganar experiencia temprana en el campo elegido. Esto también podría impactar en la trayectoria profesional a largo plazo, especialmente en carreras que requieren una formación específica desde el inicio.
Como en todo, la búsqueda de equilibrio por medio del diálogo, y el apoyo de quienes nos aman puede ayudarnos a no tomar tan literalmente ese año como “sabático”, sino también con el compromiso de la búsqueda que no es menor.
Tanto tomar un año sabático en lo laboral como retrasar la decisión sobre la carrera universitaria tienen sus beneficios y desafíos únicos. La clave está en evaluar cuidadosamente las circunstancias individuales, las metas personales y profesionales a corto y largo plazo, así como consultar con mentores o profesionales en el campo relevante para tomar decisiones informadas. En última instancia, no hay una respuesta única para todos, pero explorar estas opciones con mente abierta puede conducir a una vida laboral y educativa más satisfactoria y gratificante.
La profesional estuvo con el equipo de Cada Día, mirá la nota