Lo que se toma como “normal” no lo es. Y es que si bien creemos que la ansiedad, las preocupaciones y responsabilidades extremas no hacen mella en la salud, esto no es así. Enterate de la mano de los que más saben sobre este problema creciente y sus consecuencias para tu bienestar.
El estado mental de una persona puede tener un tremendo impacto en la salud del corazón. Eso si bien no es algo nuevo, los estudios recientes del 2023 reportan dos nuevas preocupaciones: La depresión y la ansiedad aceleran el desarrollo de factores de riesgo cardíaco como la presión arterial elevada, el colesterol alto o la diabetes tipo 2, encontró un estudio.Y el segundo estudio encontró que el estrés crónico estaba asociado con el desarrollo de enfermedades cardíacas y arterias obstruidas. Datos duros en contenido y contexto si nos ponemos a pensar en detalle, lo que realmente le pasa a nuestro corazón con el agobio constante del estrés crónico puntualmente.
”Existen asociaciones claras entre la salud psicológica y el riesgo de enfermedad cardiovascular. Estos estudios se suman a un cuerpo creciente de datos que tenemos sobre cómo la salud psicológica negativa puede aumentar el riesgo de enfermedades del corazón y el cerebro”, dijo el Dr. Glenn Levine en un comunicado de prensa de la American Heart Association (AHA).
“El tema es más complejo de lo que muchos piensan”, sostiene el médico cardiólogo Andrés Donadi, cuando de salud cardiovascular se refiere. “Los argentinos estamos acosumbrados a hacer másters en el manejo saludable del estrés, sin embargo esto no siempre nos sale porque estamos con lo que denominamos como “estrés crónico”.
-¿Qué sería?
Esto implica un estrés instalado y constante en todos los ámbitos de forma permanente. El estrés genera la formación de determinadas hormonas y neurotransmisores que no sólo no son saludables para el corazón, sino para el organismo completo, de forma intergral, como es el caso del cortisol. Eso hace que hagas trabajar mal tu cabeza, el sueño, el descanso y hasta el estado de ánimo por estar en un permanente estado de ansiedad. Eso hace que podamos terminar teniendo problemas de corazón por estas situaciones.
-¿Qué genera en el corazón?
-Aumento de la frecuencia cardíaca, recordemos que la frecuencia cardíaca normal es entre 60 y 100. Pensemos que si nosotros a una maquinita la ponemos a trabajar a 120/130 por minuto, se agota. Pongamos el ejemplo de un autito adaptado para cargar 500 kilos, y vos le metés 700, claro que lo va a hacer, pero cuánto tiempo lo va a poder mantener sin que le generes un problema? Con el cuerpo y el estrés pasa lo mismo literal.
-¿Qué hago para poder generar hábitos que duren en el tiempo?
Apostar a medidas higiénico dietéticas: dieta saludable en donde la fruta y la verdura no falten (crudas o cocidas), pescado, frutos secos. Apostar a lo simple pero metódico, para pensar en la salud de verdad, hace la diferencia. Además hay que sumar actividad físca de tipo aeróbica como caminar, hacer bici o nadar, que bajan los niveles de cortisol, y de la dopamina, una hormona perjudicial para el ser humano, y aumenta las endorfinas denominada como la hormona de la felicidad. También ejercicios de fuerza.
-Las mujeres son más vulnerables por la cantidad de estrés al que es sometida, por su género, debido aún a los estándares que erróneamente se siguen exigiendo?
-Sí tal cual, sin embargo las hormonas ayudan como escudo para algunos factores malos que implican el estrés. Y cuando llegan la perimenopausia se puede suplir externamente (si la historia clínica lo permite) para poder tener esa protección.
Consejos para un corazón saludable
1. No fumes ni consumas tabaco
Una de las mejores cosas que podés hacer por tu corazón es dejar de fumar o de consumir tabaco sin humo. Aunque no seas fumador, evitá el humo de segunda mano.
Las sustancias químicas del tabaco pueden dañar el corazón y los vasos sanguíneos. El humo del cigarrillo reduce el oxígeno en la sangre, lo que eleva la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Esto se debe a que el corazón tiene que trabajar más para suministrar suficiente oxígeno al cuerpo y al cerebro. Pero, hay buenas noticias. El riesgo para enfermedad cardíaca empieza a disminuir tan solo un día después de dejar de fumar. Después de un año sin fumar, el riesgo para enfermedad cardíaca desciende a la mitad del de un fumador. No importa cuánto tiempo o cuánto hayas fumado, vas a cosechar recompensas en cuanto dejes de fumar.
2.Movete: intentá hacer al menos de 30 a 60 minutos de actividad al día
La actividad física regular y diaria puede reducir el riesgo para enfermedades cardíacas. Te ayuda a controlar el peso. También reduce las probabilidades de padecer otras afecciones que pueden sobrecargar el corazón. Entre ellas se encuentran la presión arterial alta, el colesterol alto y la diabetes tipo 2. Si no te has ejercitado durante un tiempo, quizá tengas que avanzar poco a poco para alcanzar estos objetivos. Pero, en general, debes aspirar por lo menos a lo siguiente:150 minutos semanales de ejercicio aeróbico moderado, como caminar a paso ligero, 75 minutos semanales de actividad aeróbica vigorosa, como correr, dos o más sesiones de fortalecimiento muscular a la semana.
Incluso los periodos de actividad más cortos ofrecen beneficios para el corazón. Así que si no podés cumplir esas pautas, no te rindas. Solo cinco minutos de movimiento pueden ayudar. Actividades como la jardinería, las tareas domésticas, subir escaleras y pasear al pero cuentan para el total. No tenés que hacer mucho ejercicio para notar los beneficios. Pero podés obtener mayores beneficios si aumentas la intensidad, la duración y la frecuencia de tus entrenamientos.
3. una dieta saludable para el corazón
Un plan de alimentación saludable para el corazón incluye: Verduras y frutas, habichuelas (alubias, judías, frijoles) u otras legumbres, carnes magras y pescado, productos lácteos descremados o bajos en grasa, granos o cereales integrales, grasas saludables como el aceite de oliva y de aguacate (palta). Consumí menos de lo siguiente: sal o comidas ricas en sodio, azúcar o bebidas azucaradas, carbohidratos muy refinados, alcohol, alimentos muy procesados, como las carnes procesadas, grasas saturadas, que se encuentran en la carne roja, los productos lácteos enteros, el aceite de palma y el aceite de coco, grasas trans, que se encuentran en algunas comidas rápidas fritas, en las papas fritas y en los productos horneados.
5. Dormí bien
La mayoría de los adultos necesitan dormir al menos siete horas cada noche. Los niños suelen necesitar más. Así que asegurate de descansar lo suficiente. Establecé un horario de sueño y cumplilo.
6. Controla el estrés
El estrés continuo puede influir en el aumento de la presión arterial y otros factores de riesgo para enfermedades cardíacas. Algunas personas también afrontan el estrés de formas poco saludables. Por ejemplo, pueden comer en exceso, beber o fumar. Puedes mejorar tu salud encontrando otras formas de controlar el estrés. Entre las tácticas saludables figuran la actividad física, los ejercicios de relajación, la atención plena, el yoga y la meditación.
El profesional estuvo en Cada Día, mirá la nota.