¿Debemos querer a nuestros familiares incondicionalmente, o es válido sentir distancia o incluso rechazo?. Los lazos familiares: un dilema emocional. La mirada profesional.
La familia, ese núcleo inicial en nuestras vidas, suele ser fuente de amor, apoyo y pertenencia. Sin embargo, también puede ser escenario de conflictos, desencuentros y expectativas no cumplidas. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Estamos obligados a querer a nuestros familiares, sin importar qué?
El peso de la tradición
“La sociedad suele imponer la idea de que la familia es un vínculo sagrado e inquebrantable. La frase ‘la familia es lo primero’ es un reflejo de esta creencia arraigada en muchas culturas. Sin embargo, esta visión puede generar un conflicto interno en aquellos que experimentan relaciones familiares difíciles”, sostiene la psicóloga Noelia Centeno.
¿Qué deberíamos hacer en este sentido?
El derecho a sentir es fundamental. Es importante reconocer que sentir afecto por la familia no es una obligación, sino una elección personal. Cada individuo tiene derecho a experimentar una amplia gama de emociones, incluidas aquellas que pueden resultar incómodas o dolorosas. Negar o reprimir estos sentimientos puede generar un gran malestar emocional.
Factores que influyen en las relaciones familiares
Las relaciones familiares son complejas y están influenciadas por diversos factores, como:
-Personalidad: Cada miembro de la familia tiene una personalidad única, lo que puede generar conflictos de intereses y valores.
Experiencias pasadas: Eventos traumáticos o conflictos no resueltos pueden dejar cicatrices emocionales que dificultan las relaciones.
Dinámicas familiares: Los patrones de comunicación, los roles y las jerarquías dentro de la familia influyen en la forma en que los miembros interactúan entre sí.
Expectativas culturales: Las expectativas culturales sobre la familia pueden generar presión y dificultar la expresión de sentimientos auténticos.
¿Cuándo es necesario establecer límites?
Según precisó la profesional “en algunos casos, es necesario establecer límites claros con los miembros de la familia para proteger nuestra salud emocional. Esto puede ser especialmente importante si se sufre abuso emocional o físico: En estos casos, es fundamental buscar ayuda y alejarse de la situación”.
-También si te sentís constantemente juzgado o criticado: Es importante hacer valer tus límites y expresar tus necesidades.
-Tus valores y creencias entran en conflicto con los de tu familia: No tenes por qué renunciar a tus principios para complacer a los demás.
Aceptando nuestras emociones
Es importante reconocer que sentir distancia o incluso rechazo hacia algunos miembros de la familia es una experiencia normal y humana. En lugar de juzgar o reprimir estos sentimientos, es fundamental aceptarlos y buscar formas saludables de gestionarlos.
Construyendo relaciones saludables
Si deseas mejorar tus relaciones familiares, podés considerar las siguientes estrategias:
-Comunicación abierta y honesta: Expresa tus sentimientos de manera clara y respetuosa.
-Establecimiento de límites: Define tus límites y haz que sean respetados.
-Terapia familiar: La terapia puede ser una herramienta valiosa para resolver conflictos y mejorar la comunicación.
-Autocuidado: Cuida de tu bienestar emocional y físico.
Conclusión
“La familia es una parte importante de nuestras vidas, pero no es la única. Es válido sentir amor, pero también es válido sentir distancia o rechazo. Lo más importante es ser honesto con nosotros mismos y tomar decisiones que promuevan nuestro bienestar emocional”, concluyó Centeno.