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Relaciones: ¿Asustan las mujeres independientes?

Algunos hombres parecieran sostener que, aunque desean entablar una relación o al menos conocer a una mujer, los abruma su independencia y autonomía. Sin embargo, aunque pueda resultar válido en algunos casos, pareciera que el miedo tiene aroma a excusa para algunos profesionales. ¿Qué hay detrás de este "querer" y "no poder"?

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Redacción ElNueve.com
19 de agosto de 2021 | 12:09

"Va y viene. Salimos la pasamos re bien, conectamos, pero después me dijo que era 'demasiado para él'. Ahora me manda emoticones por redes a todo lo que subo"... "Me dice que salgamos y cuando le digo que sí, siempre le pasa algo y termina por no darse"... "Decidí quedarme en casa, antes de volver a verlo, una semana me quiere conocer y salimos, la otra se asusta, si lo invito y pago yo"...

Siempre el círculo pareciera cerrarse en el mismo lugar: la desconexión, el no seguir..., pero continuar rondando por las redes, pero sin realmente darse esa oportunidad o acercamiento, que aparentemente se quiere a la hora de conocer a alguien.

"Es que los hombres, tienen miedo al nuevo paradigma de mujer y no saben cómo tratarla", sostienen algunas voces. ¿Esto es tan así? Según la mirada del psicólogo Jorge Domínguez: "Sí, es así. Muchos hombres temen a las mujeres independientes".

Esto se relaciona con un cambio de paradigma respecto del rol de género, vale decir, cómo se expresan cada uno de los géneros en relación con las expectativas sociales y culturales. Lo generacional es clave".

-¿En qué aspectos puntuales?

"Antes, se esperaba de la mujer:desear tener niños, ser sensible y frágil, buscando un hombre que la protegiera y mantuviera. Una mujer que cuidara de los niños (el mal llamado instinto maternal), ser inestable emocionalmente, ser poco pragmática, ser bella, saber cocinar, ser dependiente, tener devoción por su hombre y apoyarlo en todo, entre muchísimos ejemplos más. Incluso la ciencia se complotaba para dar sustento a muchas de estas falacias, dándoles una explicación biologicista o natural. Hoy, con el avance del feminismo, se debatió, discutió y desmintió, mucho de esto, hechando por tierra todo esto".

-¿Y cómo se llega al "miedo" masculino que muchos argumentan?

"Hoy el rol femenino incluye mucho de lo que se esperaba del hombre; pero los hombres educados en el viejo paradigma no saben cómo vincularse con este nuevo tipo de mujer".

-¿Cómo salimos de este desencuentro crónico?

"La única manera de salir de esta clase de desencuentro es informándose, preguntando, equivocándose, angustiándose, dudando (sobre todo dudando) y teniendo una actitud receptiva e imaginativa.

La dinámica de las nuevas relaciones se está construyendo hoy, en simultáneo con otras relaciones que siguen adheridas al viejo paradigma del macho y la hembra, del patriarca como líder indiscutible, de la mujer sumisa y a la sombra de su hombre y de sus hijos.Hoy seguimos habitando un tiempo de cambio.

Los que se "excusan" en el miedo

Todos/as estamos de acuerdo que los cambios de paradigmas no se dan de la noche a la mañana, que cada pequeño escalón subido es una victoria librada para la paridad entre géneros que conllevó y  conlleva luchas socioculturales enormes, y adaptaciones por parte de hombres y mujeres.

Así, una mujer distinta se levanta de aquellas generaciones que naturalizaron la disparidad. Sin embargo, ser independiente, segura, competente en la vida personal y laboral, pareciera ser para algunos hombres, una joya que quieren 'conocer', pero que desean ver relucir desde lejos. Al parecer, encandilados por la inseguridad, ese tipo de mujer, "les daría miedo". ¿Pero ese miedo, siempre es real en todos? 

Según fundamenta la Licenciada Vanesa Paola Elías, psicóloga con perspectiva de género, "el miedo muchas veces tiene como un lugar de excusa. Considero que a lo que los varones les genera miedo en general, no tiene que ver con las libertades que adquirimos las mujeres, ni los espacios que empezamos a ocupar, sino con el lugar de poder que ellos tenían, y cómo lo ejercían a nivel vincular.

Por supuesto que acá entra el desafío de pensar en nuevos modelos de relacionarnos. Ya no podemos seguirlo haciendo como tenían lugar las relaciones hasta hacen 20 años atrás. En estos nuevos modelos hay que repensar roles, formas, lugares...Sí es cierto que el siglo XXI, viene siendo un siglo en el que mayoritariamente se cuestiona y piensa el rol de la mujer, algo que a muchos varones les ha costado más a la hora de repensarse y transformarse, para ver desde qué lugar pueden construir, o de qué se trata ser varón hoy".

-¿Cómo se logra trabajar juntos esto?

"Antes la condición de vinculación era el sometimiento de la mujer en pos de los privilegios y el lugar de poder del varón. Ese modelo que se sostuvo por lo menos hasta la época de nuestros abuelos, entró en crisis en la época de nuestras madres y padres. Por ello fue la generación del divorcio y la separación. A nosotros/as nos toca hoy repensar desde qué lugar podemos vincularnos, y qué estructuras debemos romper. Tanto mujeres como hombres".

-¿Cómo lee la mujer todo este proceso?

"Es cierto que a las mujeres nos puede pasar que al habernos costado tanto los lugares que hoy ocupamos, hay a veces que podemos desarrollar una actitud de estar a la defensiva, si sentimos que el varón va a poner en tela de juicio nuestro lugar. Y algunos varones tienden a empujar para desplazarnos de esos sitios. Tengo muchos casos en consultorio de mujeres que me plantean que su pareja quiere que dejen de trabajar por estar embarazadas.

Es decir, condicionamientos que tienen que ver con el género y que implican un "ceder" el lugar de decisión. Eso no hace falta, sino ver de qué manera podemos hombres y mujeres ensamblar, esos nuevos roles y lugares, apuntando a una construcción posible, sin que ninguna de las partes se sienta amenazada. No se trata de destruir o competir, ni de sentirnos amenzados/as, sino ser capaces de construir un espacio en conjunto".

¿Y en la práctica cómo lo hacemos?

"La respuesta a esa pregunta es dejar de vernos como enemigos", sostiene la psicóloga. "Esto lo único que logra es ponernos a la defensiva y va a activar mecanismos de defensa, que justamente van a tratar de mantener estática y hermética la posición que traemos, en lugar de ver de qué manera, podemos construir un lugar en común. Se trata de eso, de espacios simbólicos. Pero si tengo terror de ceder mi espacio simbólico porque me da miedo la otra persona, porque siento una amenaza, no habilito la posibilidad de moverme un poquito y elaborar la construcción de un espacio en común, que nos dé la identidad de pareja, si es lo que se desea".

-¿Qué sería la identidad de pareja?

"Sería como una tercera identidad que no debe nunca implicar la pérdida de las identidades subjetivas, es decir de forma más sencilla: cada persona tiene que poder conservar su 'vida', vale decir sus actividades, trabajos, gustos, amistades y salidas. Todo eso también va a brindar herramientas para construir ese espacio en común que es la pareja, que es como una tercera identidad".

 

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