Este viernes, a un año de que se conocieron los abusos en el Instituto Próvolo, familiares y víctimas se concentraron en la Plaza Independencia de Ciudad.
El reclamo sigue siendo por Justicia, aunque están conformes con el avance de la causa. En diciembre se realizarán nuevas cámaras Gessell.
Transformar el dolor en lucha, eso es lo que lograron las víctimas de los abusos del instituto Antonio Próvolo.
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La vicegobernadora, Laura Montero, legisladores y abogados querellantes acompañaron el reclamo.
Hace un año, la sociedad mendocina se vio conmocionada ante lo que los chicos hipoacúsicos pudieron denunciar mediante la voz de los intérpretes: eran abusados sexualmente por quienes debían cuidarlos.
Con el correr de los días, la cantidad de niños y adolescentes que denunciaron estos tormentos empezó a crecer y así empezó a hacerse más nítido el reconocimiento de los responsables. Actualmente hay siete personas detenidas, más de una decena de imputados y se ha logrado detectar 45 hechos en 18 víctimas, todas menores de edad.
Las primeras acusaciones y detenciones recayeron a los sacerdotes Nicola Corradi (82) y Horacio Corbacho (56) quiénes aparecían en el relato de las víctimas como los protagonistas de los hechos de abuso, maltrato físico, amenazas. Eran los que tenían a su cargo la administración del Instituto Próvolo. Con el avance de la causa quedaron visibles otros partícipes, como los empleados Armando Gómez (46), José Luis Ojeda (41) y Jorge Bordón (50). La monja Kosaka Kumiko se encuentra en prisión domiciliaria.
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