En casi todo el país se han cancelado una de cada tres endoscopías como consecuencia de la muerte de la periodista Débora Pérez Volpin. Los especialistas piden calma en la población y afirman que es un procedimiento seguro.
La sorpresiva muerte de la periodista causó conmoción en la sociedad. Luego de que se conociera el parte médico difundido por el Sanatorio de La Trinidad Palermo se cancelaron muchos procedimientos.
El comunicado detallaba que la legisladora porteña falleció por un “paro cardiorrespiratorio que no respondió a las maniobras habituales de reanimación” durante la realización de una endoscopía digestiva alta.
De inmediato, la seguridad de este procedimiento fue puesta en duda y se cancelaron una de cada tres endoscopías en casi todo el país.
Los forenses en la necropsia detallaron que la periodista sufrió de perforación de esófago con insuflación, neumotórax y perforación de estómago; situación que le provocó un paro cardiorrespiratorio, y no respondió a las maniobras habituales de reanimación. En tanto, se estima que los resultados completos del estudio, que determina los motivos del deceso, estén listos dentro de 15 y 20 días.
La endoscopia es una prueba médica que sirve para diagnosticar y tratar enfermedades del tubo digestivo superior, es decir, del esófago, el estómago y el duodeno.
Los especialistas aseguran que la endoscopía es una práctica segura, importante para el diagnóstico y prevención de enfermedades. El riesgo de sufrir una complicación es del 0,06%, es de un caso en 10 mil. Por lo que piden calma en la población y afirman que el caso de Pérez Volpin fue excepcional.
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