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Murió Ricardo Piñeiro: representante icónico de modelos argentinas

Referente del universo de la moda en los 90, Piñeiro supo ser pionero y sinónimo de moda, desfiles y tendencias ya que manejaba en su agencia a los top más requeridas. Estaba internado en estado crítico desde el domingo, tras sufrir un ACV hemorrágico.

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Redacción ElNueve.com
29 de noviembre de 2023 | 16:02

La pérdida de Ricardo Piñeiro duele desde varios flancos, por supuesto el humano como toda persona, pero por tener mucho por brindar aún a sus 67 años, y luego de que la vida y el derrotero lo sacara de las luces de los flashes y terminara en una situación de auto confinamiento, y el ostracismo.

Distinguido y con una prestancia especial, Piñeiro nació en febrero de 1956 en Montevideo, Uruguay. En la década de los 90, se convirtió en uno de los mayores representantes de modelos de Argentina. A partir de su agencia supo crear un imperio con las figuras femeninas más destacadas del país, copando las tapas de revistas y los programas de televisión. Durante esos años, su escudería dirigía a las modelos más destacadas y solicitadas del momento: Andrea Frigerio, Mariana Arias, Verónica Lozano y Paula Chaves, solo por mencionar algunas de diferentes generaciones.

En uno de sus últimas entrevistas contó:“las supermodelos se terminaron en la Argentina. Pampita es una bomba. Me encanta. Es un caso especial. María Vázquez es una bomba también. Las dos no son altísimas pero tienen un ángel que no lo tiene nadie. Pampita se ríe y te compra. Tiene ese don. Son chicas elegidas”, definió para marcar sus preferencias a partir de dos nombres propios icónicos.

“Por mi agencia pasaron todas. Las más grandes no solo se quedaron con su carrera de modelo, si no que se convirtieron en actrices, periodistas o conductoras de televisión”, expresó. Y los nombres mencionados de Frigerio, Arias, Lozano y Chaves completan perfectamente estos casilleros. Y se suman a la lista Karina Rabolini, Ginette Reynal, Chechu Bonelli, Mery del Cerro y la propia María Vázquez.

La caída de un grande

En 2011 sufrió un duro revés económico que lo obligó a reinventarse, un episodio crucial que significó un punto de inflexión: por una estafa perdió “hasta el nombre”, reconoció, un hecho del que asegurara que también tenía una parte de responsabilidad, por lo que aceptaba lo sucedido. Como él mismo reconociera, nunca fue un buen empresario, sino más un “idealista”, y ese tipo de experiencias son las que forjan el aprendizaje.

Con el tiempo después decidió alejarse del universo fashion y se enfocó en su vida, la cual compartía con sus perras, combinando su pasión por la fotografía, al que ingresó en una de las tantas vueltas de la vida. Lo que primero era un pasatiempo, se volvió una actividad que se tomó cada vez más en serio gracias al ojo de Gabriel Rocca. El célebre fotógrafo, quien había trabajado con él en su agencia, notó un talento que desarrolló con su habitual tenacidad. Así llegó a exponer en diferentes salas del país y sus musas fueron algunas de sus pasiones: sus adorados perros y las edificaciones emblemáticas de la ciudad.

Lejos de los flashes, Piñeiro también dejó de ocupar aquellos ríos de tinta en la prensa. Hasta que volvió a ser noticia cuando trascendió su ayuda como voluntario en la iglesia Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón, donde colaboraba en la asistencia a personas en situación de calle. También la batalla que libró contra el alcoholismo y la sanación que encontró en el mismo espacio religioso. "Me estafaron, pero yo también me equivoqué. Hasta perdí mi nombre. Hubo una época en la que me vinculé con gente que, lejos de nutrirme, me terminó destruyendo".
Respecto a cómo lo afectó la pérdida de su agencia, precisó: "Tuve un momento en que sentí que me estaba yendo al diablo con el alcohol. Pero en realidad era todo en un entorno de soledad y depresión. Había dejado el campo, el trabajo, estaba recién instalado en el centro con mis perros. No la veía por ninguna parte".

A fines del 2022 dijo: "Ya no me interesa el mundo de la moda. Soy más feliz como voluntario en la iglesia Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón o inventando recetas proteicas". Luego, en marzo de 2023, durante una entrevista contó sobre su nueva vida cerca de Dios: "Hace tres años que soy voluntario del comedor, básicamente estoy en la puerta controlando, viendo los números".La intención es que la gente en situación de calle se inserte de nuevo en la sociedad y que pueda tener un trabajo digno. Se sientan con las voluntarias, que son maravillosas, les servimos un plato de comida a cada uno, tienen un postre para comer, les servimos agua. Se reza antes de comer", detalló respecto al trabajo que hacía como voluntario.

Según se pudo reconstruir, el exrepresentante de modelos se descompensó en su departamento, en el barrio porteño de Recoleta, el fin de semana pasado. Como no contestaba a los llamados, un amigo suyo llamó al 911, y los policías lo encontraron con pocos signos vitales. Las primeras confirmaciones de su internación llegaron el lunes por la mañana. Al tiempo, los médicos del Hospital Fernández constataron que el hombre, de 67 años, sufrió un accidente cerebrovascular hemorrágico, lo que le provocó insuficiencia respiratoria y renal, e hipotensión arterial.

"Yo no soy millonario, nunca lo fui aunque la gente lo creía. Vivo en un departamento lindo pero me rompí el alma durante 40 años”, admitiría, antes de contar parte de su labor como voluntario en el comedor. “Recordemos que la mejor manera de prepararnos para el futuro es vivir bien el presente”, escribió en uno de sus últimos posteos en redes sociales, junto a una foto tomando sol en una pileta. En esa cuenta personal de Instagram, Ricardo solía compartir su vida diaria junto a sus perritos, sus looks y algunas de sus actividades diarias.

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