Terremoto en México: desesperados esfuerzos para rescatar a niña atrapada entre escombros

Terremoto en México: desesperados esfuerzos para rescatar a niña atrapada entre escombros

Mundo

Durante la jornada del martes, el centro de México fue sacudido por un terremoto de 7,1 grados, lo que provocó un derrumbe en una escuela, donde se encuentra atrapada una niña

Más de un centenar de rescatistas y militares trabajan sin cesar en hallar con vida a niños en una escuela destruida a causa del terremoto en México. Sin embargo, la madruga del jueves sólo se tenía la ubicación de una menor, cuya identidad aún no está clara. 

En la escuela Enrique Rebsamen han fallecido, hasta el momento, 21 niños. El recinto educativo se encuentra ubicado al sur de la Ciudad de México, uno de los lugares más afectados por el terremoto 7.1 grados del martes.

En todo el país, se registran al menos 223 muertos.

“Sabemos que hay una niña con vida al interior -de la escuela destruida-, lo que no sabemos es cómo llegar a ella… sin riesgo de colapso y sin que no se arriesgue al personal” de búsqueda, informó a la cadena azteca Televisa el almirante José Luis Vergara, coordinador de las operaciones de rescate.

Ahora bien, durante horas previas, los rescatistas aseguraban que habían logrado ver a cinco menores con vida, mientras que otros aseguraban que, a través de  escaners térmicos, habían detectado por lo menos tres cuerpos con actividad vital.

Sin embargo, Vergara no quiere dar luces de esperanza. Se ha logrado comunicar con la menor, a quien le han suministrado agua y oxígeno. “Estoy muy cansada”, dijo la niña, con sus últimas fuerzas, según el militar.

Su nombre todavía es un misterio. No fue posible escucharlo. Horas antes, en los medios de comunicación, se comentaba que la pequeña se llama Frida Sofía, pero todavía no es posible confirmarlo ni tampoco se ha ubicado a algún familiar de la menor, que respondiera a ese nombre.

Procedimiento quirúrgico

La remoción de los escombros tiene que ser muy precisa. Se midieron con mucho cuidado los polines de metal, los cuales eran dispuestos para sostener la construcción, que de dos pisos se redujo a uno.

Cada ciertos lapsos de tiempo, los rescatistas levantan los puños, para indicar silencio, señal que se ha generalizado en los derrumbes en Ciudad de México. De esta manera, se puede escuchar los signos vitales de los niños, o bien se posibilita la comunicación con los rescatistas.

A veces, el silencio se extiende hasta por media hora. Los socorristas se mantienen atentos, inmóviles, expectantes, incluso susurrantes.

“Estamos trabajando junto con cámaras térmicas y unidades caninas. Por momentos guardamos silencio absoluto para escuchar a los sobrevivientes. Ellos suelen gritar o golpear paredes”, comentó a la Agence France-Presse, Pamela Díaz, panadera de 34 años, que desde el martes se desempeña en el rescate.

Intenso dolor

En la escuela, que se ha convertido en símbolo de la tragedia, se encuentra Adriana Fargo, madre de una de las niñas de siete años y que se especula, puede estar entre los escombros.

No hay poder humano que pueda imaginar el dolor que estoy pasando”, manifestó Fargo, en un improvisado albergue.

No logra articular el nombre de su hija, cuando se le preguntó por quién era la persona a la que esperaba, logrando sólo contener el llanto.

Por su parte, su esposo trabajaba codo a codo con los soldados, bomberos y rescatistas, que removían con mucho cuidado los escombros en busca de signos de vida de los niños.

Una profesora de la escuela en cuestión, que no se ha apartado del lugar, también llama la atención: esboza un dibujo del lugar y las características del ambiente donde permanencen atrapados los menores.

Mientras se espera un milagro, los vecinos se acercan para conseguir información del operativo de rescate.

“Vi cuando avisaron a uno de los padres… fue devastador”, manifestó entre llantos Flor González, dentista de 42 años que asiste como voluntaria.

Hasta el momento, 11 niños y al menos una profesora han sido evacuados con vida de entre los escombros.

Encuentran intacto submarino de la 1ra Guerra Mundial: 23 cadáveres estarían dentro