La joven amante de los animales, Bethany Lynn Stephens, fue devorada por sus perros, a los que sacó a dar un paseo por el bosque. La mujer solo tenía 22 años y pesaba 45 kilos.
Bethany Lynn Stephens estuvo dos días desaparecida. Su padre se encontraba desesperado porque no regresaba al hogar. Lo último que se supo de la joven, fue que no había ido al bosque a pasear sus dos perros, unos atléticos animales, cruza de pitbull.
Movido por la preocupación, el padre decidió salir en su búsqueda, adentrándose en el bosque. Llamó y llamó a su hija, pero no hubo respuesta.
Después de un par de minutos de caminar halló a los perros, viendo que cuidaban un cuerpo. Imaginó que era algún tipo de animal que habían cazado, sin embargo, al acercarse notó que era su propia hija, mordida y maltratada por las furiosas quijadas de los animales.
Mientras tanto, los investigadores analizaron el cuerpo de Bethany y precisaron que murió después de ser atacada por los perros. La mujer de 22 años solo medía 1,55 metros y pesaba 45 kilos.
“En mis 40 años de servicio jamás he visto algo parecido. Espero no volver a ver algo así”, relató, conmovido, el policía.
“Fue espeluznante lo que los perros hicieron”, agregó.
Según el personal policial, cuando llegaron a la escena demoraron por lo menos dos horas en tranquilizar a los furiosos canes. En el lugar hallaron sangre, ropa destruida y restos del cuerpo de la joven.
Todavía no se logra precisar por qué los animales atacaron a su joven compañera, pero sí establecieron que la mujer estaba viva mientra fue devorada.
“Parece que la tiraron al suelo, perdió el conocimiento y los perros la devoraron hasta la muerte. No había marcas de estrangulación. La víctima tenía punciones en su cráneo, esto no fue un homicidio“, manifestó la policía.