Los amigos y la familia del joven hicieron un llamado a “no dejarse llevar por informaciones no contrastadas” después de la detención de Lanza.
Conmoción ha provocado en España el asesinato de Víctor Láinez, después que fuera salvajemente golpeado, tras una discusión en un bar de Zaragoza. El origen del conflicto fue el hecho de que el difunto llevaba tirantes de la bandera española. Se presume que la discusión, entonces, comenzó por temas de orden político.
Según informa El País, el chileno es oriundo de Viña del Mar y nieto del almirante (r) Sergio Huidobro, el que, según el medio era “uno de los principales apoyos en la Armada del dictador Augusto Pinochet“.
La brutal agresión fue cometida por dos sujetos y ya uno fue detenido: el chileno de 33 años, Rodrigo Lanza. El joven ya cuenta con una condena previa. Se fue a cana por haber atacado a un guardia en Barcelona, el que intentó desocupar un edificio donde vivía el chileno, junto a otras personas. El guardia quedó tetrapléjico. Lanza, encanado. Pese a ello, la defensa del nacional acusó un montaje, incluso llevaron a cabo un documental sobre el asunto.
Ahora bien, después de la cana Rodrigo nunca más fue el mismo. Tal vez vivió experiencias traumáticas. Tal vez conoció el verdadero bajo fondo del ser humano. Una estancia en la cana cambia a cualquiera, por lo demás. “Se creó una imagen de tipo duro que realmente no se corresponde con él. Lo cierto es que desde entonces ha vivido con mucho resentimiento“, comentan.
De acuerdo a información policial, las evidencias vinculan al joven con el brutal hecho. Sin embargo, su familia y amigos llamaron a “no dejarse llevar por informaciones no contrastadas”. De esta manera, manifestaron que desde el lunes no han podido hablar con él, por lo que están “a la espera de escucharlo para aclarar los hechos“.