Desde abril de 2017 a la fecha, cerca de 40 perros murieron envenenados en el barrio de Avellaneda, Buenos Aires y unos pocos pudieron ser tratados a tiempo y salvar su vida. Todos presentaban los mismos síntomas y todos se movían por un radio que, desde el comienzo de esta seguidilla de casos, pasó a ser zona prohibida para las mascotas.
Pero ahora, gracias a las imágenes de las cámaras de seguridad, finalmente se pudo identificar a la culpable de envenenar a las mascotas.
Para los investigadores, encontrar la sustancia no fue difícil, pues en los últimos meses, y después de que en febrero aumentaran en forma exponencial las denuncias, dos divisiones de la Policía de la Ciudad se abocaron al caso. Una de ellas, la División Operaciones Especiales, lo hizo en forma exclusiva. A través de las necropsias y entrevistas con veterinarios llegaron a la conclusión de que los animales habían sido envenenados con ese insecticida-nematicida de uso agrícola.
Luego se valieron de las cámaras de seguridad para encontrar a la culpable: Haydee Ordas, de 65 años. En las imágenes se la ve llevando una bolsita, desde la que cae un polvo blanco en ciertas zonas.
La mujer fue identificada por la Justicia porteña y el viernes pasado demorada en la Comisaría 40 de Parque Avellaneda. Está acusada de ser la envenenadora de animales del barrio, donde en el último año, según registros de los investigadores, alrededor de 40 perros fueron intoxicados.
Hasta el momento, Ordas está imputada por actos de crueldad animal, incluidos en la ley 14.346, que prevé una pena que va de los 15 días al año de cárcel. Pero hoy la mujer está libre.
Pero las víctimas podrían ser más: los vecinos dicen que son el doble, otros enumeran el triple. El fiscal interviniente, Matías Michienzi, de la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA), no descarta que aparezcan otros casos y agravarle la acusación.
En el Parque Avellaneda las marcas de lo que ocurrió se ven en un operativo dispuesto por las autoridades de limpieza de los alrededores del domicilio de la acusada y en las inmediaciones del parque. También, en el frente de su edificio, en avenida Directorio al 3700.
En el segundo piso de ese edificio, la Policía encontró un bidón con un veneno, conocido con el nombre comercial de Furadán: una dosis de una cucharadita puede ser letal, tanto en animales como en hombres. El veneno está prohibido en otros países, no así en la Argentina, donde se lo usa en agricultura para el control de plagas.
Sin embargo, los vecinos, damnificados y miembros de organizaciones protectoras de animales continúan protestado. "Si no nos juntamos, esta mujer se va a mudar y va a hacer lo mismo en otro lugar. Vengan, es para que nadie se olvide y que todos estemos atentos", se convocaron el fin de semana a través de un audio, que circuló en distintos grupos de WhatsApp. Mientras tanto, las tareas de limpieza del parque y sus alrededores se extenderán hasta el miércoles.
El viernes se juntaron en la puerta del edificio para protestar. "Todos estábamos alertados sobre el veneno, sabíamos que si el animal vomitaba podía ser un signo de que estuviera envenenado", explicó Tati, una de las vecinas del barrio que está con su mascota a upa, del cuello del animal cuelga un cartel que dice "Yo casi muero envenenado". "Vivo en la cuadra que sale en la filmación, donde la señora está tirando el veneno. Mi perro evidentemente no lo comió pero lo olfateó. A la madrugada Matute vomitó, lo tuve que llevar a la guardia. Con sólo recordarlo ya me pongo a temblar. Fue horrible. Por suerte logró salvarse", cuenta Tati.