Un caso atípico

Mujer de 21 años traspira sangre por una extraña condición

La joven presenta una afección que desprende sangre de la cara y de las palmas de las manos.

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Redacción ElNueve.com
24 de octubre de 2017 | 08:48

Una mujer de 21 años ingresó a un hospital en Florencia, Italia, con una afección extremadamente rara que le hace sudar sangre de la cara y las palmas de las manos. Los médicos quedaron desconcertados después de que la paciente se presentara con dichos síntomas sin mostrar lesiones en la piel.

Los profesionales dijeron que no había un disparador obvio para la hemorragia espontánea, al parecer la misma podría ocurrir mientras ella dormía o realizaba actividad física. A la vez, que quedó demostrado que el sangrado se notaba más intenso cuando la joven se encontraba estresada.

Los especialistas que estudiaron el caso informaron que la paciente había sufrido los síntomas inusuales durante los últimos tres años, y que los episodios tenían una duración de entre uno y cinco minutos.

Debido a la afección, la mujer se deprimió y se aisló socialmente. Los médicos descartaron que estuviera fingiendo, y las pruebas revelaron que su recuento sanguíneo y las funciones de coagulación de la sangre eran normales.

Finalmente, la joven fue diagnosticada con hematohidrosis que consiste en la "descarga espontánea de sudor sanguíneo a través de piel intacta". Dicha patología se cree que afecta a una de cada 10 millones de personas.

La mujer está siendo tratada con propanolol, un fármaco que es utilizado para el tratamiento de la hipertensión, lo que permitió reducir, pero no eliminar, las hemorragias a través de la piel. Los especialistas italianos publicaron el caso en la revista médica Canadian Medical Association Journal (CMAJ).

Con respecto a la hematohidrosis, no se sabe mucho sobre su causa, pero se cree que es el resultado de un estrés extremo o miedo. Según un estudio publicado en el Indian Journal of Dermatology, los numerosos vasos sanguíneos que rodean la glándula sudorípara se contraen o se estrechan bajo la presión del estrés.

Entonces, a medida que aumenta la ansiedad, los vasos sanguíneos se dilatan hasta el punto de la ruptura. La sangre entra a las glándulas sudoríparas, que empujan junto con el sudor hacia la superficie, presentándose como gotas de sangre mezcladas con sudor.

Fuente: DailyMail

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