El fenómeno astronómico conocido como “Luna de Sangre” se pudo observar desde diferentes puntos del país.
Este viernes 14 de marzo, el cielo ofreció un espectáculo astronómico único: un eclipse total de Luna, conocido popularmente como “luna de sangre“. Durante este fenómeno, el satélite natural adquirió un tono rojizo intenso debido a la refracción de la luz solar a través de la atmósfera terrestre y se pudo ver desde Mendoza.
Durante las primeras horas de este viernes, la luna comenzó su eclipse lunar total, un fenómeno que se pudo apreciar desde diferentes puntos de Sudamérica, incluida Argentina.
Pasadas las 1 de la madrugada, la Luna entró en la sombra parcial de la Tierra y empezó a oscurecerse de a poco.

A las 3:30 de la madrugada el Eclipse entró en su fase total y la luna quedó completamente bajo la sombra de la Tierra. La luz solar dispersada por la atmósfera terrestre le da un color rojizo, la razón por la cual también este fenómeno se conoce como la “Luna de Sangre”.

¿Por qué la Luna se vuelve roja?
El color rojizo característico de la “luna de sangre” se debe a un fenómeno óptico conocido como dispersión de Rayleigh. La atmósfera terrestre filtra las longitudes de onda más cortas (azules y verdes) y permite que solo las más largas (rojas y naranjas) lleguen a la superficie lunar, creando ese efecto visual tan impactante.
El tono exacto de rojo dependerá de las condiciones atmosféricas del momento. Si la atmósfera está limpia, la Luna se verá en un rojo brillante y anaranjado. En cambio, si hay mayor presencia de partículas en suspensión, el color será más oscuro y opaco.