Frutas, verduras y lácteos accesibles que ayudan a mantener el equilibrio del cuerpo frente al desgaste que provocan las jornadas ventosas, cálidas y de baja humedad que se esperan para los próximos días. Qué elegir, cómo consumirlos y por qué son clave para prevenir síntomas como fatiga, calambres y deshidratación.
Con la llegada de jornadas muy calurosas y probabilidad de viento zonda, la hidratación se vuelve una prioridad. Pero más allá del agua, hay alimentos que cumplen un rol fundamental: aportan líquidos, minerales y nutrientes esenciales para mantener el cuerpo en equilibrio. En esta nota, repasamos cinco opciones accesibles, frescas y nutritivas que podés incorporar fácilmente a tu dieta diaria.
Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, el 70% de los casos de deshidratación leve en adultos se relaciona con una ingesta insuficiente de líquidos y alimentos ricos en agua. En este contexto, frutas y verduras de estación se convierten en aliados clave. “La hidratación no depende solo del agua que tomamos, sino también de lo que comemos. Hay alimentos que aportan líquidos, electrolitos y fibra, lo que mejora la absorción y el funcionamiento del organismo”, explica la nutricionista mendocina Carla Gutiérrez.
El pepino, por ejemplo, contiene un 96% de agua y es fuente de potasio y vitamina K. Se consigue fácilmente en verdulerías locales y puede consumirse crudo, en ensaladas o licuado con limón. Otro clásico es la sandía, con un 92% de agua y antioxidantes como el licopeno, que ayudan a proteger las células del estrés térmico. “Es ideal como colación o postre, y también se puede usar en jugos naturales sin azúcar”, sugiere Gutiérrez.
El tomate es otro alimento estrella: con un 94% de agua, aporta vitamina C, potasio y compuestos antioxidantes. Su versatilidad lo convierte en un ingrediente frecuente en ensaladas, tostadas y gazpachos. En cuanto a las frutas cítricas, la naranja se destaca por su 87% de agua y su capacidad para reponer electrolitos, además de fortalecer el sistema inmunológico. “Un vaso de jugo de naranja natural puede ser más efectivo que una bebida isotónica comercial”, afirma la especialista.
Por último, el yogur natural ofrece una combinación de agua, calcio y probióticos. Aunque no es una fruta ni verdura, su aporte de líquidos y minerales lo convierte en una opción valiosa, especialmente en desayunos o meriendas. En supermercados y almacenes de barrio se consigue en versiones sin azúcar, ideales para combinar con frutas frescas, como dip para ensaladas o algunas comidas.
Incorporar estos alimentos en la rutina diaria no solo mejora la hidratación, sino que también aporta nutrientes clave para enfrentar el desgaste físico y mental que provocan los días secos y ventosos.
Por lo tanto, la clave está en elegir alimentos ricos en agua, fáciles de conseguir y nutritivos, que ayuden a mantener el cuerpo fresco, activo y protegido. No se trata solo de evitar el calor, sino de nutrirse con inteligencia y empatía hacia lo que el cuerpo necesita.