Una joven de 20 años denunció que la discriminaron en un complejo de piletas del piedemonte mendocino. La chica profesa la religión islámica y viste con todo su cuerpo tapado a excepción del rostro, los pies y las manos.
Cuando quiso bañarse en las aguas termales del lugar no se lo permitieron aduciendo que no estaba con bikini o malla enteriza.
Esto ocurrió en la pasada Navidad. Ella fue con su familia a pasar el 25 de diciembre a las piletas de esa zona y relató que su mamá y sus hermanos no tuvieron ese problema porque son católicos pero a ella no.
La chica estaba vestida con un burkini, traje de baño musulmán, muy parecido a los de neopren que utilizan los buzos.
Ante la negativa que recibió, se retiró del lugar y convencida de que la habían discriminado, hizo la denuncia en el INADI.
Desde el INADI recibieron la denuncia y procedieron a realizar como indica el protocolo. Le comunicaron a la parte denunciada el hecho para que puedan efectuar el descargo en caso de que lo deseen.
Desde el complejo de piletas se presentaron, indicaron sus motivos y defendieron su reglamento y actualmente forman del expediente.
Están en la etapa de audiencia testimonial. Luego vendrá el dictamen sobre el caso, que se decide a nivel nacional, en donde se sabrá si hubo o no discriminación.
El 5% de las denuncias que se hacen en el INADI Mendoza son por discriminación religiosa. Los casos más habituales son los relacionados a la colectividad judía y reclamos por profesar la educación católica en lugares laicos.
Por su parte la ONU ante casos similares señaló: “las restricciones a las manifestaciones de religión o creencia -incluida la elección de la vestimenta- sólo se permiten en circunstancias muy limitadas relacionadas con la seguridad, el orden, la salud y la moral públicos. Por el contrario provocan un sentimiento de intolerancia religiosa y de estigmatización de los musulmanes”
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