Vecinos del Este de Mendoza denuncian que se roban caballos y los faenan. Esto encendió todas las alarmas, no solo por el daño económico que provoca, sino por el riesgo para la salud que esto conlleva.
Los dueños de los caballos dicen que la faena clandestina es un hecho recurrente, pero que en los últimos meses se intensificó. "Desde el jueves hasta hoy nos mataron cuatro caballos, uno o dos por noche", comentó uno de los dueños de animales.
Los vecinos sospechan que la carne de estos caballos se vende de manera ilegal en zona, lo que genera gran preocupación porque "no son aptos para el consumo humano" ya que los caballos podrían contener desparasitarios o medicamentos. Además, su faenamiento no se realizaba bajo cuidados bromatológicos.
La Policía Rural, encargada de patrullar y prevenir estos delitos cuenta con solo tres vehículos para cubrir un área que abarca desde Catitas hasta el río Mendoza y desde la Ruta Nacional 7 hasta el límite con Lavalle, unos 100 kilómetros de extensión. "Es imposible cubrir todo con tan pocos recursos", lamentó uno de los vecinos.
La policía, por su parte, recomienda incrementar las medidas de prevención. En los últimos tres años, al menos dos personas denunciaron el faenado de diez caballos cada una, lo que demuestra la frecuencia de estos delitos. Los propietarios sospechan que la carne robada termina en carnicerías clandestinas, exponiendo a los consumidores a peligros de salud debido al desconocimiento sobre el estado sanitario de los animales.