Es una situación horrible. El hipo puede aparecer debido a la hipotermia, estiramiento del estómago o irritación del nervio vago. En la vida diaria si te comiste algo rápidamente, una situación te asustó, respiraste rápidamente o has permanecido un tiempo en una posición incómoda.
En la respiración normal, la epiglotis está abierta al tracto respiratorio y el aire ingresa a los pulmones sin impedimentos. Pero durante el hipo, nuestro diafragma comienza a encogerse convulsivamente y la vía respiratoria se cierra repentinamente con la epiglotis, por lo que la inspiración se acompaña de una breve asfixia. Se obtiene un sonido característico debido al cierre brusco de la glotis.
El secreto es sencillo, como todo lo genial: necesitas beber agua de tal forma que el estómago esté por encima del nivel de la cabeza. El agua debe entrar primero por el esófago y solo después llegar al estómago.
Para hacerlo, llena la boca de agua (o llena un vaso y bebe, si te parece más cómodo así), inclínate hacia abajo y con la cabeza hacia adelante y traga el agua con pequeños sorbos. El hipo terminará en cuestión de segundos.
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