Una familia que vivió una situación de violencia intrafamiliar se quedó sin vivienda por una acción del Estado. Hoy pasan todo el día una plaza y por las noches buscan un techo entre personas conocidas. Han buscado ayuda pero no encuentran una solución.
Mauro y Carla son hermanos y comparten la misma historia dura, difícil y triste. Ambos, fueron testigos directos de una situación de abuso y violencia intrafamiliar: su padre violó a su hermana mayor durante muchos años.
Producto de esos abusos, nacieron tres niñas. El caso salió a luz en septiembre de 2014. El hombre fue juzgado y está en la cárcel.
Tras la denuncia, efectivos del programa asistencia a la víctima resguardaron a la familia, que vivía en el asentamiento Covirpol de Las Heras y los llevaron a una casa provista por el estado.
La víctima directa de los abusos quedó bajo el programa de testigos protegidos y en abril de 2017 decidió vivir sola con sus tres hijas. Esta decisión, llevó a su madre y a sus dos hermanos, quienes ya eran padres de dos bebés, a que quedaran en la calle.
La familia vive durante el día en una plaza de la Cuarta Sección de Ciudad y por la noche cada uno busca un techo para dormir. Mauro hace dos meses que está desempleado y su hermana trabaja ocasionalmente limpiando en casas particulares.
Alertado de esta situación, Alejandro Verón, director de Contingencias de la provincia recibió a la familia y se comprometió a ayudarlos, aunque sólo con el dinero del alquiler de una propiedad por tres meses.