Una terrible historia le sucedió a un joven australiano de 27 años. El muchacho, como todo el mundo, jugó una apuesta con sus amigos y el que perdía se tenía que comer una babosa.
Lo que parecía un juego estúpido terminó siendo la peor de las pesadillas, Sam perdió, cumplió y se comió el bicho pero luego sufrió una grave infección que lo dejó tetrapléjico.
Este joven, de 27 años y oriundo de Sídney lleva los últimos ocho tetrapléjico en una silla de ruedas.
El joven enfermó rápidamente debido a que la babosa estaba infectada por Angiostrongylus cantonensis, un parásito que provoca mengoencefalitis eosinifílica, una infección en el cerebro. Sam Ballard estuvo en coma 420 días y cuando se despertó estaba tetrapléjico.
Su madre tenía la esperanza de que poco a poco volviera a caminar y hablar de nuevo, pero con el paso del tiempo la perdió. Tres años después de enfermar fue dado de alta y ahora está en una silla de ruedas motorizada.
Sus amigos han recaudado dinero para que Sam pueda tener la atención que precisa 24 horas al día, siete días a la semana. El joven tiene convulsiones y necesita ser alimentado a través de una sonda.