Un estudiante de la Universidad de Oxford, considerada como "demasiado lista para la prisión", no irá a prisión porque un juez retrasó su condena debido a su brillante carrera académica evitó una cárcel.
Lavinia Woodward, una estudiante de medicina que quiere ser cirujana, admitió haber apuñalado a Thomas Fairclough en la pierna durante una salida en la Universidad de la Christ Churche.
Su caso causó protestas cuando el juez, Ian Pringle, puso en suspenso su condena, sugiriendo que sería "demasiado severa" para detenerla en su carrera de conseguir su sueño de volverse una afamada cirujana.
Woodward regresó a la corte para descubrir que la declararon culpable y y lloró cuando el juez le entregó una sentencia de 10 meses, pero, luego, el magistrado anunció que dejaba en suspenso la condena por 18 meses, haciendo lugar al pedido del abogado defensor, que le dijo a la Corte que la joven en ese momento estaba bajo los efectos de la droga pero que ahora había encauzado su vida y ya no era un peligro para la sociedad.
"Ni siquiera puede ir a un club nocturno en Londres, su cara es muy reconocible", esgrimió el abogado.
La sentencia suspendida significa que ella permanecerá libre a menos que cometa otro crimen. Las críticas rondan en torno a que la "benevolente" sentencia se debía a su posición social, y que alguien que trabaja en una caja de supermercado no podría haber generado el mismo nivel de simpatía de los tribunales.
Cuando el juez le dijo que era libre de irse, Woodward gruñó las palabras "gracias" y lanzó el llanto.
Los abogados de Woodward dijeron que la estudiante, que recibió el aval del staff de la Universidad en el juicio, había sufrido un "cambio de mar" desde que salió de las drogas desde que sucedió el hecho y ahora era una "mujer diferente".
Lavinia conoció a Thomas, un estudiante de Cambrige, en octubre del 2016 a través de Tinder y el 30 de diciembre el joven fue a visitarla en los dormitorios del colegio Christ Church. Ella había bebido demasiado ese día y su novio trató de disuadirla para que dejara de tomar, y que esta situación era demasiado frecuente.
Como ella no quiso detenerse, él llamó a la madre de Lavinia, quien explotó en furia y, tras arrojarle una gran serie de objetos, terminó apuñalándolo en una pierna con un cuchillo.
El joven terminó con graves heridas en la pierna y en dos de sus dedos, pero finalmente logró quitarle el arma y tranquilizarla.
Cuando llegaron los paramédicos, Lavina seguía bajo los efectos del alcohol y la llevaron a la Policía, donde siguió generando problemas.
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