Parecía un pedido insólito, pero una jueza de Puerto Madryn se lo concedió. De esta manera, un preso por homicidio podrá tener salidas transitorias para ejecutar un programa para adelgazar.
El hombre, sospechado de tener vínculos con el narcotráfico, saldrá una vez por semana para realizar actividad física y perder peso.
La jueza que habilitó a Matías Arévalo de 27 años fue Patricia Asaro. El hombre está detenido por "homicidio agravado por el uso de arma de fuego" y señalado como sicario del narcotráfico.
El hombre se trasladará de la cárcel de Puerto Madryn hasta la ciudad de Trelew, ubicada a 65 kilómetros del lugar para poder "bajar de peso y tonificar sus músculos".
Para que este reo haga ejercicio, una vez por semana se dispondrá un patrullero y tres agentes de custodia para el operativo de traslado. En tanto la fiscalía, que se opuso desde un primer momento al beneficio, insistió en que "existe riesgo de fuga". Y el temor no es infundado: Arévalo ya estuvo cuatro meses prófugo.
El detenido de 27 años de edad está acusado de haber asesinado a principios del año pasado a Gustavo Machao (41) de un disparo en el pecho.
Según trascendió, la jueza Asaro hizo lugar al pedido de la jefa de los defensores, Gladys del Balzo, basándose en un informe del Cuerpo Médico Forense que sugirió que el imputado por asesinato podría sufrir "complicaciones cardiovasculares y metabólicas".
"No se trata en el caso de una actividad lúdica lo que se pretende, sino que se enmarca en estrictas razones médicas vinculadas a su salud, que es deber estatal preservar", manifestó la defensa pública en el informe en el que elevó el pedido y que presentó ante las autoridades judiciales.
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