La reserva es la más baja de su historia y actualmente está en un 47% de su capacidad. Si bien siempre en esta época del año suele bajar el caudal, en esta temporada ha sido excepcional. Hay preocupación y un llamado a la comunidad para que haga uso responsable del agua.
Hacemos el mismo camino que hace un año, cruzamos el túnel que une Cacheuta con Potrerillos y esperamos ver la imagen icónica que sorprende tanto a turistas como a los mismos mendocinos, sin embargo, algo se ve distinto y la postal es evidente.
El agua ha comenzado a retraerse hacia la presa, dejando un paisaje árido, casi desértico. Los porcentajes cambian minuto a minuto, de hecho, este jueves el Director de Gestión Hídrica confirmo que el dique está en un 47% del volumen total y aseguran que seguirá bajando.
Arena, grietas, yuyos, piedras. Los lugares dicen no haber visto una situación así hace tiempo. La sequía se acentúa, el escurrimiento del Río Mendoza tuvo en la temporada 2021-2022 el peor registro en los últimos 50 años y los especialistas no dan un pronóstico para la próxima temporada.
En la vida cotidiana, lo vemos a diario y son muchos los sectores que directamente sufren las consecuencias. Incluso en lo deportivo. El turismo sigue a la orden del día, la foto con el dique es una constante, sin embargo, la disminución del caudal hasta a ellos sorprende.
Sin duda es una belleza, una imagen única, pero hoy impacta y mucho. No hay quien pase por la ruta 7 y se quede anonadado con la situación. Es la sequía, es el cambio climático, la época del año, la naturaleza, una amenaza constante y generalizada que sin duda nos debe llevar a reflexionar y así actuar en consecuencia.
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