“La frustración es ira contenida, en donde todo lo que entra tiene que salir y a veces no sucede de la mejor manera”, detalla la psicóloga María Inés Capmany al referirse al denominado “Grudge dumping”. Una terminología que se vincula a la descarga de rencores, visible en su última fase, cuando ocurre el enojo desmedido, por algo mínimo que “rebalsa la gota que colma el vaso”.
Pensamientos negativos, frustraciones, enojos y resentimientos a los cuales la persona no los puede poner en palabras, y por ende se termina estallando en una catarata de discusiones.
Cabe la pregunta al lector… ¿Conviene discutir por todo? ¿Conviene no discutir por nada? Y en todo caso, la palabra “conveniencia” ¿Es realmente la adecuada a la hora de pensarnos en un vínculo profundo?
Más que una “conveniencia”, lo humano, racional y emocional debería ser poder transmitir lo que nos hace ruido, incomoda o molesta de la manera más sana, constructiva y asertiva posible.
Las palabras hirientes en reacciones desmesuradas producto de no hablar pueden ser verdaderas dagas y generar heridas emocionales importantes. ¿Cómo poder comunicar sin pelear? ¿Construir sin atacar?
Según expresa la psicóloga María Inés Capmany, “este tipo de conductas represivas que luego dañan a ambas personas en el vínculo, son una mala manera de empezar, continuar o terminar una relación, ya que acumular tensión nos va a llevar a algún momento a estar llenos de ira y estallar.
¿Con qué tiene que ver?
-Con enojos silenciados que de alguna manera tenemos que reprimir o minimizar, y hacer esto último nos requiere un esfuerzo psíquico tan grande que en algún momento colapsamos, ya sea por medio de la ira, o conductas implosivas. Tiene que ver con los denominados auto boicots, enfermedades psicosomáticas, insomnio, estrés, entre otros factores.
- ¿Cuál es la manera efectiva de hablarlo con la otra persona sin atacarla, para crecer mutuamente?
Considero que lo primero y fundamental es accionar a tiempo nuestras emociones y comunicarlas, para no “tragar” enojos enraizados es la clave. Y por supuesto la comunicación tiene que ser asertiva, esto implica una comunicación clara, directa y empática. Si hablamos de claridad significa “al hueso”. Preguntarme qué sentimientos me produce el otro porque quizá es enojo, pero también puede ser preocupación o angustia. Si hablamos de empatía es poder ponerme en el lugar del otro, sin recriminar, de lo contrario estamos transformando a una discusión en una pelea.
- ¿Qué las diferencia?
No es lo mismo discutir que pelear. Discutir tiene que ver con un intercambio de opiniones, de miradas o punto de vista, en cambio pelear implica discutir, pero llevándolo al plano de una competencia en donde seguramente alguien tiene que ganar y alguien que perder. Cuando recrimino pongo al otro en el lugar del que me ataca, y por lo tanto todo el que ataca se va a intentar defender. Entonces la situación termina danzando en un círculo de ataque y defensa y eso lleva a no entendernos.
La profesional estuvo con el equipo de Cada Día. Mirá la nota completa