Entrevista

El mendocino que pasó por 38 operaciones y espera justicia

Samir Daou estuvo en un accidente donde falleció una gran amiga y la dueña del auto en que viajaban. Atravesó un calvario no solo para sobrevivir, sino para demostrar no era el conductor del vehículo. Fue sobreseído y ahora busca que el imputado en la causa, confiese la verdad.

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Redacción ElNueve.com
17 de septiembre de 2023 | 10:42

Por Marina Correa

Una de las cosas que más atormentan a Samir Daou es recordar una charla con su amiga Mariel "Pipi" Caram, fue momentos antes del viaje que resultaría fatal para ella y un calvario para él. Samir quería observar el paisaje pero Pipi también, y él terminó cediendo. Ella finalmente se sentó a su derecha, Samir quedó en el medio, y a su izquierda iba otro amigo, Facundo Chemes. Los tres ubicados en el asiento trasero del auto, le cuenta Samir a ElNueve.com.

El conductor del coche (que terminaría teniendo un accidente con víctimas fatales) y su acompañante en el asiento delantero, que era su novia, eran dos personas absolutamente desconocidas para Samir. “Yo y mi amiga Pipi pertenecíamos a la JUCAL que es la Juventud de la Unión Cultural Argentino-Libanesa, Pipi era la presidenta y yo el vicepresidente y surgió la posibilidad de viajar desde Mendoza a un congreso en Posadas, allá llegamos y nos encontramos con Facundo Chemes, presidente de la JUCAL en Posadas (provincia de Misiones). En esos días todo fue muy lindo y cuando terminó el congreso, pensamos que no nos quedaba tan lejos viajar a conocer Cataratas del Iguazú y entonces Facundo dijo que una amiga, Melisa, que se iría en auto hacia allá, que podíamos viajar todos juntos".

Melisa era la dueña del auto (quien resultaría una de las víctimas fatales) y viajaba con su novio, quien se puso al volante. "Aquel 5 de marzo de 2019, habíamos dormido Pipi y yo en la casa de Facundo y nos fuimos en taxi a la casa de la madre de él, ya que la chica dueña del auto, vivía enfrente. A partir de ahí mis recuerdos son todos flashes, recuerdo ese viaje en taxi, recuerdo la charla con Pipi por quien se sentaba del lado de la ventanilla y recuerdo que este pibe llamado Horacio Andrés González, iba manejando y giraba la cabeza mirando a su novia que iba de acompañante. Es eso y despertarme ya en el hospital en Posadas, luego del coma", dijo.

"Pasé 1 mes en coma, y al abrir los ojos no entendía nada, me decían que había tenido un accidente, pero no podía recordar la colisión, solo me empecé a dar cuenta que, si Pipi no venía a visitarme, si se comentaba había sido fatal, mi amiga estaba muerta. Nadie me lo contó, me di cuenta solo”, dice el joven mendocino que se siente completamente así, ya que aunque nació en Buenos Aires, desde sus 10 años vive en la provincia, donde llegó junto a su familia.

Además de enfrentar de a poco la reconstrucción de su ojo, su rostro y de gran parte de su cuerpo, a Samir le aguardaba otro calvario, una carta documento llegaba a sus manos, lo acusaban de haber ocasionado el accidente. “Tuve que poner abogados, y emprender una lucha para demostrar una inocencia que prácticamente era una obviedad, pero todo se volvió oscuridad, el dueño de la camioneta con la que chocó el auto, era quien me acusó. Imaginate estar en una ciudad que no es la tuya, luchando por demostrar una inocencia que estaba a la vista, con Facundo nuestro amigo de Posadas brindando testimonio y aún así, recién a los 3 años y 7 meses, se demostró lo que estaba clarísimo, yo no era el culpable, yo no manejaba ese auto y hoy es el verdadero conductor del auto quien está imputado y esperamos un juicio que haga justicia”, dice Samir.

Secuelas y supervivencia

Samir repite que es un agradecido de haber perdido en sus recuerdos las imágenes exactas del accidente, “no sé si con todo lo que he pasado, podría haber sobrevivido si tuviera imágenes de ese momento preciso”, dice el joven que hoy es QA de la Fundación de informáticos Underc0de.

En el expediente figura que había una persona parada al lado del auto, y al parecer yo estaba en coma arriba del torpedo del auto, con mi cabeza ensangrentada, la ambulancia se lleva primero a los que podían sobrevivir, no era mi caso que estaba claramente mucho más cerca de morir. Es el protocolo, a mí el cinturón de atrás parece que me apretó tanto el estómago, que se me explotó el vaso, al llegar finalmente al hospital me lo extirpan y de ahí en más empezaron todas las operaciones. Tengo en la cara 10 placas de metal, de titanio, prótesis de la cadera derecha, prótesis de fémur izquierdo, me quedó además una hipoacusia del oído izquierdo, a mi ojo derecho me lo operaron ya creo que 3 o 4 veces y faltan operaciones. Tengo una malla de metal en la cara, para que no se dispersen todos los pedacitos de metal que reconstruyeron mi rostro. En total son 38 cirugías y aún quedan", contó. 

"Uno siempre le pone humor a pesar de todo, el otro día hablaban mis amigos de lugares para ir a comer y yo les enumeraba los hospitales que mejores comidas te dan, soy un catador de menú de hospitales. En Misiones estuve 2 meses, pero en Mendoza las operaciones hicieron que recorriera por ejemplo el Hospital Santa Isabel de Hungría, Hospital Italiano, Hospital El Carmen; Clínica San Andrés en rehabilitación. En esas intervenciones y con mi sistema inmunológico débil, contraje bacterias muy peligrosas, entre ellas el pseudomona, uno de los más difíciles de sacar, por eso pasé por varios picc (cables por venas al corazón) y vías centrales del cuello al corazón. También contraje el klebsiella pneumoniae blee y el streptococcus anginosus. La verdad el humor me ha servido en los momentos más difíciles y aún hoy me sirve para sacarle peso a todo. Igualmente, sin mi familia, sin amigos, jamás lo hubiera logrado, es muy duro”, cuenta con emoción Samir.

Esperando por justicia

Samir tiene actualmente 31 años, es hijo de una docente ya jubilada con quien vive y de un ingeniero jubilado también, su origen es libanés por parte de su padre, su mamá, en cambio, es mendocina. Papá llegó de muy chiquito a la Argentina, y él siempre recuerda la cultura del trabajo que le enseñaron desde pequeño y también de hacer frente a las adversidades. Tiene a su vez una hermana y hermanos mayores, “mamá y papá apenas ocurrió el accidente se fueron a Posadas y se instalaron allá conmigo, siempre sentí la compañía de quienes me quieren, mi novia, mis tíos, primos, esa red de contención me abrazó para que no me desplomara emocionalmente, cuenta Samir, quien a raíz de lo sucedido debió cambiar radicalmente su vida.

Antes del accidente ejercía mi profesión, que era la de docente de educación física, y digo era porque el accidente tuvo consecuencias que me volvieron una persona con una discapacidad motriz. Yo hacía fútbol de salón, daba clases en clubes, hoy tengo una pierna más corta que la otra, y las prótesis que conté, me resulta imposible pasar mucho tiempo parado, cuando me di cuenta de todo esto fue durísimo. Empecé a pensar en una actividad donde pudiera estar sentado, me puse a estudiar distintas herramientas de la informática actual e inmediatamente conocí a Dino Vezzoni, alma mater de la Fundación Underc0de, él como gran líder me facilitó acceder a un curso gratuito de QA (Quality Assurance) para ampliar mis conocimientos y me ayudó a conseguir trabajo. Mi ocupación actual me encanta, además es una comunidad de camaradería, donde encontré muy buenas personas y nuevos amigos”, dice el resiliente Samir.

Más allá de que profesionalmente Samir tiene una nueva vida y es muy grata, su espera continua. Es la de un dictamen final que haga justicia. “Horacio Andrés González es ahora el imputado en la causa, es increíble, pero él conociendo la verdad jamás la ha dicho. Es más, se ha victimizado. La vida de mi amiga Pipi y la de la novia de este chico no las regresa nada, pero necesito que la justicia refrende la verdad, que es dar un veredicto, que reafirme que es él quien conducía. Yo fui imputado por doble homicidio culposo, ¿sabés lo que se siente ser acusado de algo que no solo no hiciste, sino que es una acusación sostenida con mentiras muy enroscadas, muy oscuras?, me hacen pensar incluso, hay un sistema que las acompaña y avala. Esta persona fue incluso nombrado como misionero del año, imaginate, es músico, cuando la justicia me absolvió y él resultó imputado, los medios de allá me empezaron a llamar".

"Yo, la verdad, he pasado de sentir muchísima bronca por él a pena, pero su silencio no tiene perdón, porque él jamás perdió la conciencia en el accidente, entonces lo único que puedo pensar es que como creyó que me moriría, que mejor que echarle la culpa a alguien que ya no se puede defender, jamás pensó que yo iba a vivir y obviamente también está el testimonio de Facundo que iba a mi lado. Según las pericias, todo indicaría que estas dos muertes, fueron por una mala decisión de él al manejar, se perdieron dos vidas y la mía de alguna forma, aunque esté de pie, la destruyó en gran parte, pero cada día estoy más vivo por mí, por los que me aman y por ver que se haga justicia”, decía Samir.

Vivir

Samir y Facundo, lograron hace unos años llegar a las Cataratas, lo hicieron en honor a su amiga Pipi y a Melisa quien también falleció en el accidente, un viaje para pedir justicia y para sellar un lazo eterno. “Algunas personas me dijeron de hacer un libro o documental con mi historia, la verdad si bien no abandonaré se juzgue y se dictamine con la verdad, quiero dedicar mi tiempo a vivir. No lo descarto, pero no es ahora el momento. Yo antes tocaba el bajo en bandas, tuve que dejar de hacerlo por la hipoacusia y porque no puedo estar parado mucho tiempo, entonces sigo tocando la guitarra y ukelele, pero en reuniones de amigos. La música me conecta con algo que vibra en la vida, justamente. La música y mi actual ocupación, en UndercOde, somos una unidad todos acompañándonos, estoy algo destartalado físicamente, pero enterito en mi corazón para vivir y encontrar siempre la justicia”, finaliza Samir.

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