Jonathan (35) y Melisa (32) están juntos desde hace 12 años, viven en pareja hace una década y son padres de Amparo (10) y Milo (9). El sábado, después de semanas de planearlo con la complicidad de sus hijos, él le propuso matrimonio de una manera muy divertida y original. Ella, entre lágrimas, aceptó y ahora empieza la organización.
La propuesta de casamiento llegó el sábado, justamente, en el casamiento de la hermana de Melisa. Cuando la novia estaba por tirar el ramo, hizo el clásico amague y todas las solteras comenzaron a gritar. Hizo otro amague y las mujeres que estaban atrás alzaron la voz con más euforia. Y ella levantó con una mano las flores y con la otra hizo la señal de que no lo lanzaría.
En ese momento, apareció en escena Jonathan, que se arrodilló adelante de Melisa, sacó un anillo y le propuso casamiento. En eso se acercó la hermana de ella y le dio el ramo. La futura esposa no paraba de llorar, estaba completamente emocionada y entre lágrima y lágrima le dijo que sí.
ElNueve.com habló con Jonathan, que contó que sus hijos fueron "unos cómplices extraordinarios", porque tuvieron que medir el dedo de su mamá engañándola y guardar el secreto pese a su corta edad.
"Mis hijos fueron muy importantes desde el minuto cero, porque me tenían que ayudar con el tema de medir el anillo, fueron increíblemente sutiles y súper confiables para guardar el secreto", dijo Jonathan. Y agregó que cuando les dijo su plan "les encantó más que a nadie, al borde de la emoción porque ellos querían también que pase esto".
"Hace mucho lo venía planeando, pero no sabía cómo ni cuándo, hasta que vi varios vídeos de propuestas y decidí hacerlo así. Mi cuñada fue la primera en saberlo, porque tenía que pedirle permiso a ella y su marido para "robarles" protagonismo en su fiesta, pero no tuvieron ningún problema, al contrario se súper alegraron", agregó el futuro marido.
Y contó que no estaba entre sus prioridades casarse, siempre se mostró reacio a la idea. No por una cuestión de amor, ni compromiso, ni lealtad; sino porque lo consideraba un trámite sin demasiado sentido. Sin embargo, el amor por Melisa lo hizo cambiar de opinión.
"Ella siempre soñaba con casarse y yo todo lo contrario (se ríe), pero cuando empecé a pensarlo bien, es el amor de mi vida, una mujer que me cambió por completo para bien, y quién más que yo para cumplirle su sueño si yo quiero pasar mi vida con ella", dijo.
"No tenemos ni fecha, ni lugar, ni nada, porque nunca estuvo en mis planes hasta hace muy poco que me cambio el chip", cerró Jonathan.
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