Entrevista

El increíble sueño premonitorio del ganador del OKM en la Maratón de Canal 9 Televida

Diego Pimentel brindó una nota a ElNueve.com donde contó detalles de su vida y familia, y narró un episodio conmovedor. Además, el anhelo de este albañil que quiere ser arquitecto.

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Redacción ElNueve.com
21 de mayo de 2023 | 14:42

El ganador del auto OKM de la Maratón Otoño por la Vida 2023, en marco de los 58 años de Canal 9 Televida, fue Diego Pimentel, un albañil que fue al evento del canal, motivado por su pequeño hijo de 10 años Santino. Diego le contó en exclusiva a ElNueve.com un sueño premonitorio que tuvo días antes de ganarse el auto (un Fiat Cronos), y que tiene como protagonista a su mamá fallecida hace muy poquito.

Diego Pimentel tiene 33 años, nació en Avellaneda, Buenos Aires y con tan solo 3 años ya llegaba a Mendoza con su mamá y papá. Un hecho de inseguridad había sembrado miedo de su familia, cuando les desvalijaron la casa sin dejarles absolutamente nada. Destrozados anímicamente, la decisión fue venir a Mendoza ya que la abuela y abuelo paternos de Diego, ya se encontraban viviendo aquí, donde había llegado desde Bolivia.

“Realmente no tengo ningún recuerdo de mi vida en Buenos Aires, soy mendocino aquí desarrollé mi vida entera y aquí me pienso quedar para siempre. Amo a mi Mendoza”, dice Diego al iniciar su historia de vida, en un hogar donde eran 9 hermanos.

“Crecer con 9 hermanos fue lindo, lógicamente el dormitorio era un caos porque en un cuarto dormían todas las mujeres y en otra los varones, pero siempre fuimos unidos. De chicos la figura de mamá fue fundamental para todos, porque papá viajaba mucho a Buenos Aires donde tenía trabajo, y mi madre en el día a día se cargaba nuestra atención y educación al hombro. Hambre no pasamos jamás, porque la casa tenía un gran patio y ahí mamá tenía plantado de todo lo que se te ocurra, también había animales de granja, todo era casero. Pero sí pocas veces sabíamos de lo que era ponerse una ropa nueva, tampoco lo necesitábamos, hoy a un niño sería difícil mandarlo al colegio con un pantalón con parches, nosotros íbamos todos emparchados”, dice sonriendo al recordar su época de niñez. “Mamá fue un pilar en esa etapa tan necesaria de formación de un niño, siempre fue estricta y nos enseñó a que hay que ganarse la vida honestamente, ella era el ejemplo, lo mismo papá, no paraban de laburar”, dice Diego.


El sueño que predijo la llegada del auto

Mamá murió hace un año, realmente fue desolador para todos nosotros, y hubiéramos querido que se quedara mucho tiempo más. Pero ella encontró la forma de seguir hablándonos, y así fue semanas antes de ganarme el OKM”, dice Diego Pimentel con la emoción a flor de piel. “Yo tengo un auto, pero ya está muy viejito, además es el que uso para acarrear los elementos de construcción y empecé a pensar lo lindo que sería tener un auto más nuevito. Lógicamente, era un anhelo, porque yo soy albañil, mi esposa enfermera y el sueldo de ambos no alcanza para comprar un auto nuevo.

Dos semanas antes de ir a la Maratón tuve un sueño, esto no lo había contado nunca, veía mi mamá llegar a casa con un auto, ella manejaba. Desde el auto me decía que el médico le había dicho que ya estaba bien, y que como ya podía me traía el auto”, me desperté con esa sensación tan real de haber estado con mamá. Y como mi papá vive con nosotros, se lo conté y se emocionó mucho. “A continuación de eso mi hijo todos los días cuando veía la promoción de la Maratón no paraba de decirme que quería ir, busqué cupones, y algunos los llené yo, pero otros, como tengo letra de médico (dice riendo), le pedí a Santino que escribiera él. Y bueno el domingo de la Maratón de alguna manera ya tenía un presentimiento, cuando sale el primer cupón me alegré por la persona, pero después al anularse por ser un menor, dije es mío. Sentí que me lo ganaba, salió creo que otro anulado y yo apreté muy fuerte los puños, con muchísima fuerza y de atrás una voz dijo textual: esta es tu oportunidad. Lo dijo alguien ahí del público, pero no lo vía y cuando dijeron Diego mi nene me miró automáticamente a los ojos, listo ese era yo y mi mamá me lo había anticipado”, dice con lágrimas en los ojos.

Su amor y la alegría de sus hermanos

Cuando Diego tenía 18 años, asistió a la fiesta de 15 años de una de sus primas, allí estaba Janina, su actual esposa y mamá de Santino. “Ella trabaja en un geriátrico, y estudia la licenciatura en enfermería, amo de ella la forma en que sabe escuchar. Cuando estoy triste se da cuenta, es una mujer que siempre tira hacia adelante, que te da ese empujoncito para no aflojar”, dice enamorado de su esposa.

“El día de la Maratón ella tenía el televisor prendido en su trabajo, pero antes de verlo le llega un mensaje que decía: felicitaciones Jani, el Diego se ganó el auto. Inmediatamente, miró la transmisión del canal y me vio con Santino, lógicamente fue todo felicidad. Ese día recién nos vimos a las 5 de la tarde, el chat con mis hermanos ni te cuento lo que era, una de mis hermanas tiene una verdulería y los clientes la felicitaban. En más, algunos se tomaron el micro y se vinieron a la Maratón, pero ya me había ido, igual a la noche nos juntamos todos en casa porque los 9 vivimos cerca, a diferencia de cuadras, esa noche no se si dormí dos horas, la cabeza no paraba. El auto me lo voy a dejar, quiero llevar a mi familia a un viaje, y el viejito quedará para el trabajo, dice Diego.

Su deseo de ser arquitecto

“En algún momento hice el pre universitario de arquitectura, incluso pensé en estudiar derecho, pero realmente era estudiar o trabajar y lógicamente dejé a un costado ese sueño. Igualmente no lo he abandonado, todavía tengo la esperanza de poder cursar esa carrera, trabajo de lunes a sábado en la construcción. Es más, cuando Chicho Bazzali creyó que era mecánico, es porque ese día de la Maratón tenía mis manos negras, por un líquido que aplicamos en una casa el día anterior. No usé guantes y no me lo pude terminar se sacar”, dice Diego.

“El oficio de albañil me lo enseñó papa, él fue ceramista, y lo acompañábamos mucho a sus trabajos y aprendíamos. Varios de mis hermanos también se dedican a la albañilería. Me construí mi propia casa, vivimos en Jesús Nazareno en Guaymallén, la propiedad es de papá, y ahí me hice mi casita. Mi padre la lucho mucho, y si algo quiero enseñarle como valores a Santino es a valorar el esfuerzo y ser un hombre respetuoso”, agrega Diego Pimentel, que para finalizar cuenta que cuando estuvo al lado de auto en la Maratón, interiormente dijo: mamá gracias sé que esto es por vos.

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