Vida Sana

Disfunción eréctil ¡Chau mitos!

Es fundamental hablar e informarse sobre el tema para no caer en seudoverdades, la automedicación, o creer que hay un problema en donde no existe. ¿Los peores enemigos? la desinformación y la falta de comunicación.

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Redacción ElNueve.com
23 de febrero de 2022 | 21:48

Mal expresada con todo el peso que eso implica la disfunción eréctil (mal llamada impotencia sexual) se entiende como la dificultad para alcanzar y sostener una erección en todas, o casi todas, las ocasiones por un período de al menos seis meses, presentando un malestar considerable en la persona, y/o en la pareja.

Su origen puede deberse a causas orgánicas, psicógenas o combinadas, es decir que, por ejemplo, la disfunción eréctil en un inicio puede deberse a factores orgánicos pero, una vez resuelta desde la parte física quizá se sostenga por cuestiones psicológicas como miedo, inseguridad, autoestima etc.

Según apunta Francesca Gnecchi Caldaroni, (periodista diplomada en sexualidad y género, dir. De @erotique.pink y escritora del libro “El Camino del se.xo”) “El 80% de las disfunciones sexuales está relacionadas con temas psicológicos y no físicos. Hay muchos motivos por los cuales un hombre puede tener disfunción eréctil. Por un lado lo relacionado al estrés, problemas diversos (familiares, existenciales, de pareja) y por otro lado, el tema por ejemplo de la autoestima, de sentirse mal con su cuerpo, nervios, inseguridades por exceso de expectativas y sobrexigencia en el rendimiento. Incluso hay muchas personas que piensan que el preservativo es el que les genera la falta de erección, y esto no es así, es falso”.

 La cultura “falo potente"

Si buscamos la definición de “impotencia”, el resultado que nos arroja el famoso buscador es: "falta de fuerza, poder o incompetencia para realizar una cosa o hacer que suceda". El segundo resultado hace referencia a la disfunción eréctil. Ese es el lugar en el que colocamos al pene, y su posibilidad de erección: como responsable de hacer posible el encuentro sexual. ¿Somos conscientes del tremendo peso y carga que esto implica en las personas y en cómo viven sus encuentros sexuales?

“Hay un mito tremendo que es pensar en que la única manera de disfrutar la sexualidad es con un pene erecto. Esto no es así. Hay disfrutes y encuentros sexuales igualmente satisfactorios. La palabra ‘impotencia’ juega en contra del sujeto desde el vamos, ya que da a pensar que el hombre que no tiene una erección en lugar de sentir que tiene un problema, en realidad no es ‘potente’, algo construido desde la cultura falocéntrica y todas sus connotaciones de lo que un hombre ‘debería ser’”.

No alcanzar una erección no te vuelve impotente. Porque el poder no está definido por un pene ni mucho menos por una condición fisiológica totalmente incontrolable. Digámoslo: la erección no se maneja a voluntad. Es hora de dejar de otorgarle un valor de mérito, responsabilidad y, mucho menos, poder/competencia/ valía personal. Lo único que logramos con eso es exigencia y presión que atenta directamente en la respuesta de erección. Y hablemos correctamente,  se trata de una disfunción eréctil, ya que la palabra “impotencia” solo desnuda la torpeza social fabricada hacia el “deber ser” proyectado hacia cada género.

¿Cuándo pedir ayuda?

Según explica la profesional “hay diferentes grados de disfunciones eréctiles. La disfunción eréctil en la que la persona la vive de forma casi permanente, durante más de cinco meses, y de manera seguida, habla de que es bueno consultar a un profesional que verá si se debe a razones orgánicas o de índole psicológico”.

Esto implica que es importante observar si la erección se ve afectada en general, es decir, tanto en las erecciones espontáneas que se tienen cuando se duerme  o al despertar, como en la masturbación y en los encuentros sexuales. Si eso sucede es importante consultar con un médico clínico o urólogo ya que puede ser signo de que algo a nivel físico no anda bien. Lo mejor para la erección (y para todo) es mantener hábitos de vida saludables. Comer bien, no fumar, no tomar alcohol y hacer ejercicio de manera frecuente.

“En cambio, si se logra mantener la erección cuando se está solo pero se pierde en los encuentros sexuales, en especial en los primeros, o se puede mantener pero se dificulta a la hora de la penetración, es probable que tenga que ver con nervios, ansiedades e inseguridades, algo que puede trabajarse con el sexólogo/a o psicólogo especializado”. concluyó la profesional.

 

 

 

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