Cambio de rumbo

El fundador de McDonald's Colombia es ahora un ermitaño vegetariano

Pedro Medina vive Choachí, Cundinamarca, alejado de todo y comiendo quinua dulce. En 1995 instaló la primera sucursal en ese país latinoamericano.

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Redacción ElNueve.com
22 de junio de 2017 | 13:57

Pedro tiene 57 años pero asegura tener 38 y querer vivir hasta los 94, cuando planea morir en medio de un sueño erótico.

Vive en una casa de tapia pisada, adobo y bareque que lleva el nombre de La Minga y queda en Choachí, un municipio de Cundinamarca a 42 kilómetros de Bogotá. Minga es una palabra quechua que significa "trabajar juntos" y vive con su hijo Felipe, su compañera Mayu y su nieto, Alun, que crece en el campo, rodeado de la energía de la naturaleza. Sin vitaminas. Sin antibióticos. Sin vacunas.

Vegetariano, cuenta que para producir un kilo de carne se necesitan 15 mil litros de agua y no tiene heladera porque asegura que consume el 50% de la energía de una casa. Come quinua dulce de Cauca. “Para producir un kilo de quinua solo se requieren mil litros de agua. No le hago daño al ambiente y quedo maravilloso, lleno de energía” cuenta al sitio VICE.

Además sostiene que la ganadería es una de las principales causas de deforestación y calentamiento global.

Pero Pedro no siempre fue un ermitaño en la montaña. Tenía 35 años cuando trajo McDonald’s a Colombia. Después de 2 años de ir y venir de Estados Unidos, hacer llamadas, conseguir papeles y dinero y demostrar que podía encargarse de esa franquicia, montó el primer restaurante de la multinacional de cadenas rápidas más famosa del mundo.

“Abrimos 10 restaurantes en los primeros 12 meses. Tuvimos la apertura más rápida de McDonald’s en el mundo, hasta ese momento. “Nos convertimos en el empleador más grande de estudiantes universitarios del país, con 1.125 jóvenes”, recuerda hoy Medina.

Su sueño se había cumplido. Un tiempo después de ser el gerente general de McDonald’s en Colombia, pasó a ser su presidente.

Con la misma obstinación, muchos años más tarde, montó "Yo creo en Colombia", una organización privada que, en sus palabras, "trabaja por construir lo nuestro". Junto con otras 2.605 personas en el mundo, Pedro investigó lo que funcionaba y lo mostró. Hace conferencias, publica libros y dicta seminarios.

Lo hicieron presidente de McDonald's en Colombia e inauguró 5 sucursales. Cuando abrieron el tercero, el gerente de mercadeo tuvo un infarto. Para el quinto, el gerente de recursos humanos entró llorando a su oficina y renunció porque “lo estábamos quemando”.

“Hoy miro todo eso y pienso ¿Éxito? ¿Éxito eso? ¿Éxito es que abrimos diez restaurantes y acabamos cerrando cinco? ¿Éxito es que perdimos plata 10 años, los siete que yo estuve y tres más? Eso no es éxito”.

A Bogotá le siguieron Cali, Medellín y Barranquilla. Según publicó el periódico El Tiempo en octubre del 2001, fueron diez restaurantes durante los primeros doce meses con una inversión de 75 millones de dólares. El crecimiento más rápido de la cadena en el mundo hasta ese momento.

El 13 de marzo de 1995 Pedro viajó a Venezuela y en el avión comenzó a tener un dolor en el pecho que se hizo más fuerte al llegar a Caracas. Lo llevaron al hospital, tenía un aneurisma que se le había roto y se había convertido en derrame. Tuvo que ser operado.

“Tuve un aneurisma. Me abrieron la cabeza unos días después y cuando me la sellaron me dejaron un tornillo un poco suelto”, afirma ahora, sonriendo.

Ahora Pedro vive en Choachí, un pueblo de unos 13.000 habitantes ubicado casi 55 kilómetros al suroriente de la capital colombiana donde, según dice, “solo hay tres ladrones y todo el mundo los conoce”.

Su casa está en una vereda a 2 kilómetros del casco urbano del pueblo, donde hay 148 casas y viven solo 500 personas, en su mayoría campesinos.

“Ya no como carne roja, ya no tomo gaseosa… digamos que soy flexivegetariano, solo como pescado, y vivo una vida muy rica, vivo una vida muy diferente en la que ya no pienso que el modelo foráneo sea lo máximo”.

La felicidad de Medina es inversamente proporcional a la cantidad de cosas que compra.

“Me siento mucho más libre y más feliz, gano menos pero vivo mucho mejor. Tengo más tiempo para mí” asegura.

Polémicas sobre McDonald’s

Las polémicas alrededor de McDonald's han sido numerosas. En el 2004, Morgan Spurlock produjo y protagonizó Super Size Me, un documental en el que por un mes se alimentó exclusivamente con productos de la marca causándole 11 kilos de sobrepeso y decenas de trastornos a su salud.

Michael Pollan, en su libro The Omnivoroe's Dilema publicado en 2007, señala que el jarabe de maíz es uno de los grandes responsables del sobrepeso, la diabetes tipo II y el aumento en los triglicéridos.

En el libro acusa a la comida de McDonald's de ser una de sus principales fuentes de ingesta: una gaseosa está hecha en un 100 % por jarabe de maíz; el aderezo de sus ensaladas en un 65 %; sus nuggets de pollo en 56 % y sus hamburguesas en un 52 %. A eso se le suman las altas cantidades de sodio que tiene cada producto y el invento del tamaño super size, con el que los clientes comen el doble sin estar repitiendo de forma explícita y dejan de sentirse culpables.

En 2014, Jamie Oliver, chef reconocido por sus programas en televisión, acusó a McDonald's de tratar sus carnes con hidróxido de amoniaco, una sustancia utilizada para disolver metales reactivos como el aluminio.

En uno de los capítulos de su programa Food Revolution, que más tarde se volvió viral, mostró que los nuggets y las carnes se hacían a partir de vísceras, cartílagos, grasas, pellejos y demás desperdicios que no son aptos para el consumo humano. Pocos meses después, la firma de alimentos reportó la peor caída de sus ventas en los últimos 10 años, y Oliver y McDonald's se enfrentaron en un juicio que ganó el chef. Sin embargo, los creadores de la Big Mac siguen negándolo todo.

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