Raúl es un cosechador mendocino que se sacrifica día a día en su trabajo en una finca de San Martín para poder llevar dinero y la comida a su familia. En medio de su trabajo, decidió bailar para demostrar que también la cosecha puede ser divertida.
Cintia, la hija de Raúl, comentó que en estos momentos está enfermo pero que de igual manera le pone toda la onda a su trabajo para salir contento cada día a realizar su labor.
Por ello, esta familia de cosechadores decidió compartir el video para demostrarles a los jóvenes que no consiguen trabajo que cosechar, además del sacrificio que significa, puede ser muy divertido si se hace con pasión.
El mensaje de Rául y su familia es que con voluntad todo se puede y que ante las adversidades hay que "ponerse el tacho al hombro" y salir adelante.