Volvió Tan Biónica, con una Chano a pleno

Volvió Tan Biónica, con una Chano a pleno

La banda inició su serie de conciertos en el Movistar Arena con un viaje a su prehistoria y reivindicando a sus influencias. El cantante lo dio todo y se llevó lo mejor del público.

Sin lugar a dudas la oscuridad en la que supo sumirse por la adicción Chano Moreno Charpentier lo alejó de los escenarios y el público que lo ama. Por ello verlo el jueves dando el primero de siete shows que el grupo liderado por Chano estará dando en Buenos Aires durante el mes de agosto, literalmente “la rompió”. Sonaron canciones de todos sus discos, versionaron a Juana La Loca y el cantante destacó, incluso a Jorge Luis Borges.

“Somos un grupo de amigos desde chicos, que nos salía todo mal. Nos salía todo mal por muchos años. Y esto es un montón. Así que quiero darme el lujo de, por última vez, cantar con ustedes la estrofa de esta canción”, dijo Chano Moreno Charpentier, como siempre a corazón abierto y ahora con el último aliento de aire que le quedaba. Casi tres horas antes había asomado la nariz junto a los Tan Biónica en el primero de los siete shows que con la banda de toda su vida programó para este agosto en el Movistar Arena de Buenos Aires. Ahora, después de tantas batallas sobre el lomo, estaba cerrando una más. Y nada menos que con “La melodía de Dios”.

La idea de esta serie de conciertos, después del regreso de estadios que experimentaron en el 2023, fue hacerlo “desde cerca”. Así, ese impactante set de luces, lásers y visuales enmarcadas en la estructura triangular que habían presentado en River, Vélez y el Único de La Plata, ahora quedó ajustada a las dimensiones de este recinto para 15 mil personas. Allí estaba también la pasarela, el escenario que Chano ocupó durante casi toda la noche, haciéndose cargo de su protagonismo casi excluyente. Por allí se paseó desde el comienzo del show, marcado por “El huracán” (”Buenas noches, Buenos Aires… / Esta noche falta el aire, se avecinan tempestades”, entonó casi como declaración de principios) y “Vámonos”, vestido con un kimono floreado, oversized y largo como la capa que Mickey Mouse vistió en Fantasía. Sin la galera pero con sus trucos de siempre.

Promediando y al terminar Me costó mucho hacer este show por la emoción”, confesó el cantante. “No entendemos lo que provocamos en ustedes, pero sabemos que es nuestro único norte. Lo que más importa del arte es ser queridos por ustedes”, certificó y caminó una vez más hacia la punta de la pasarela. Justo ahí bajó una luz blanca para destacarlo como un bailarín en la oscuridad durante su interpretación de “Obsesionario en La mayor”, acaso su canción más desgarradora y más redonda. Un rato después, y con lo último “La melodía de Dios” provocó la última lluvia de papelitos plateados y bajo la misma se despidieron los cuatro, con actitud triunfal.