Sarampión: Alerta y Prevención de una Enfermedad Contagiosa en Resurgimiento

Sarampión: Alerta y Prevención de una Enfermedad Contagiosa en Resurgimiento

Salud

El sarampión, una enfermedad viral altamente contagiosa, vuelve a encender las alarmas a nivel mundial. Conocer sus causas, síntomas característicos, y tratamiento ayudan a posicionarse desde la prevención.

El sarampión, causado por un virus de la familia paramyxoviridae, es una enfermedad infecciosa aguda que, si bien se consideraba controlada en muchas partes del mundo gracias a la vacunación, está experimentando un preocupante resurgimiento. Su alta tasa de contagio, especialmente en poblaciones con bajas coberturas de vacunación, la convierte en una amenaza para la salud pública. Comprender sus mecanismos de transmisión, reconocer sus síntomas distintivos y conocer las estrategias de prevención y tratamiento es crucial para frenar su propagación y proteger a las comunidades.

-¿Cuáles son las causas y mecanismos de contagio?

“El sarampión se transmite a través de las secreciones respiratorias de personas infectadas, principalmente al toser, estornudar o hablar. Las partículas virales pueden permanecer en el aire hasta por dos horas después de que una persona infectada haya abandonado la habitación, lo que facilita su rápida propagación en entornos cerrados como escuelas, guarderías o transporte público. El periodo de contagio comienza varios días antes de la aparición del sarpullido y continúa hasta cuatro días después de su inicio”, contó el médico pediatra Diego Montes de Oca.

-¿Qué síntomas característicos tiene?

Según el profesional la sintomatología suele presentarse en etapas:

  1. Periodo de incubación (10-14 días): La persona infectada no presenta síntomas durante este tiempo.
  2. Fase prodrómica o catarral (2-4 días): Comienzan los síntomas inespecíficos similares a un resfriado intenso: fiebre alta (superior a 38.5°C), tos seca, secreción nasal (coriza), conjuntivitis (ojos rojos y llorosos) y pequeñas manchas blancas o grisáceas con un halo rojizo en la mucosa bucal, conocidas como manchas de Koplik, que son un signo patognomónico del sarampión.
  3. Fase exantemática o de erupción (3-7 días): Aparece el sarpullido característico, que comienza como manchas rojas planas en la cara, especialmente detrás de las orejas, y se extiende progresivamente al tronco y las extremidades. Las manchas pueden confluir y formar áreas más grandes de piel enrojecida. La fiebre suele persistir o incluso aumentar durante esta fase.
  4. Fase de descamación: A medida que la erupción desaparece, la piel puede descamarse, dejando una pigmentación amarronada que desaparece gradualmente.

Tratamiento: alivio sintomático y vigilancia

No existe un tratamiento antiviral específico para el sarampión. El abordaje se centra en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones:

  • Reposo: Es fundamental guardar reposo para permitir que el cuerpo combata la infección.
  • Hidratación: Beber abundantes líquidos (agua, jugos naturales, caldos) para prevenir la deshidratación.
  • Control de la fiebre: Utilizar paracetamol o ibuprofeno para bajar la fiebre, siempre siguiendo las indicaciones médicas.
  • Alivio de la tos y el dolor de garganta: Se pueden utilizar remedios caseros como infusiones con miel y limón, o medicamentos de venta libre para aliviar estos síntomas.
  • Cuidado de los ojos: Mantener los ojos limpios con agua tibia y evitar frotarlos. En algunos casos, el médico puede recomendar gotas oftálmicas.
  • Aislamiento: La persona infectada debe permanecer aislada desde el inicio de los síntomas hasta cuatro días después de la aparición del sarpullido para evitar la propagación del virus.
  • Vigilancia de complicaciones: Es importante estar atento a posibles complicaciones como neumonía, otitis media (infección del oído), encefalitis (inflamación del cerebro) o complicaciones durante el embarazo. Ante signos de alarma (dificultad para respirar, dolor de pecho, convulsiones, alteración del estado de conciencia), se debe buscar atención médica inmediata.

Consejos saludables y prevención: La importancia de la vacunación

“La medida más eficaz para prevenir el sarampión es la vacunación con la vacuna triple viral (sarampión, paperas y rubéola – SPR). En Argentina, el calendario nacional de vacunación incluye dos dosis de la vacuna SPR: la primera al año de vida y la segunda al ingreso escolar. Es fundamental asegurar que niños y adultos tengan su esquema de vacunación completo”, aconsejó el pediatra.

Además de la vacunación, otros consejos saludables para prevenir la propagación de enfermedades respiratorias, incluido el sarampión, son:

  • Lavado frecuente de manos: Con agua y jabón durante al menos 20 segundos.
  • Cubrirse al toser o estornudar: Utilizando el pliegue del codo o un pañuelo desechable.
  • Evitar tocarse la cara: Especialmente los ojos, la nariz y la boca.
  • Ventilar los ambientes: Mantener los espacios bien ventilados, especialmente en lugares concurridos.
  • Evitar el contacto cercano: Con personas que presenten síntomas de enfermedades respiratorias.

Ante el resurgimiento del sarampión a nivel global, la conciencia y la acción individual y colectiva son cruciales. “Asegurar la vacunación oportuna y adoptar medidas de higiene básicas son las herramientas más poderosas para protegernos a nosotros mismos y a nuestras comunidades de esta enfermedad altamente contagiosa y potencialmente peligrosa. La prevención sigue siendo la mejor medicina”, finalizó el profesional.

El pediatra estuvo en Cada Día, mirá la nota