La inteligencia artificial irrumpe con fuerza en el ámbito de la salud mental, ofreciendo herramientas accesibles y novedosas para el apoyo psicológico. Pero, ¿puede un algoritmo reemplazar la empatía humana de un terapeuta?
En un mundo donde la ansiedad y el estrés se intensifican, y el acceso a la salud mental sigue siendo un desafío para muchos, la Inteligencia Artificial (IA) emerge como una solución prometedora, aunque compleja. Desde chatbots que ofrecen apoyo en crisis hasta aplicaciones que monitorean el estado de ánimo y sugieren ejercicios de mindfulness, la tecnología está redefiniendo los límites de la terapia psicológica. Sin embargo, esta revolución digital plantea interrogantes fundamentales: ¿hasta qué punto puede la IA suplir la conexión humana, la intuición y la complejidad que un terapeuta aporta a la relación terapéutica?
“La integración de la IA en la terapia psicológica ofrece ventajas significativas, especialmente en un contexto global donde la demanda de servicios de salud mental supera ampliamente la oferta, el tema es como en todo el equilibrio, ya que llegar a pensar que puede suplir por entero a un profesional humano, entendido en psicología, implica dejar de verla como una herramienta que ayude, pero no que suplante”, indicó el psicólogo Jorge Domínguez.
-¿Qué pros tiene la IA, si decidimos enfocarnos en lo bueno como herramienta?
- Accesibilidad 24/7: Las plataformas de IA están disponibles a cualquier hora y desde cualquier lugar, eliminando barreras geográficas y temporales. Esto es crucial para personas en zonas remotas o con horarios laborales complicados.
- Anonimato y reducción del estigma: Para muchos, la idea de buscar ayuda psicológica tradicional conlleva un estigma social. Las herramientas de IA ofrecen un espacio de anonimato y confidencialidad que puede animar a más personas a dar el primer paso.
- Costo-efectividad: Generalmente, las soluciones de IA son más económicas que las sesiones de terapia presenciales, lo que las hace accesibles a un sector más amplio de la población.
- Consistencia y estandarización: Los algoritmos pueden ofrecer intervenciones consistentes y basadas en evidencia, asegurando que los usuarios reciban un tipo de apoyo estructurado.
- Monitoreo y detección temprana: Las aplicaciones de IA pueden monitorear patrones de habla, texto o incluso datos biométricos para identificar cambios en el estado de ánimo o señales de deterioro, permitiendo una intervención temprana o la recomendación de buscar ayuda profesional.
- Herramientas complementarias: La IA puede ser un excelente complemento a la terapia tradicional, ofreciendo ejercicios entre sesiones, recursos educativos o recordatorios para prácticas de bienestar.
¿Y como contras?
” Que a pesar de sus beneficios, enfrenta limitaciones intrínsecas que dificultan, al menos por ahora, su capacidad de reemplazar por completa la terapia humana. Ejemplos en este sentido hay muchos tales como la falta de empatía genuina y conexión humana, ya que en este sentido la terapia se basa en la relación terapeuta-paciente, la empatía, la intuición y la capacidad de leer matices emocionales no verbales. Un algoritmo, por muy sofisticado que sea, no puede experimentar ni replicar la profundidad de la comprensión humana y la conexión emocional. Sumamos manejo de la complejidad y la crisis, ya que si bien pueden ofrecer respuestas preprogramadas, los sistemas de IA luchan con la complejidad de las emociones humanas, las crisis impredecibles o las situaciones delicadas que requieren un juicio ético, la improvisación y la contención emocional que solo un humano puede brindar”
El futuro, complemento, no reemplazo
La visión más realista y prometedora para la IA en salud mental es como una herramienta complementaria , no como un reemplazo de la terapia humana. Podría funcionar como un primer filtro de apoyo , un recurso para el autoayuda o una extensión de la terapia tradicional . Por ejemplo, una IA podría ayudar a un terapeuta a analizar patrones de lenguaje, monitorear el progreso del paciente o proporcionar recursos personalizados.
“La tecnología avanza a pasos agigantados, y la capacidad de la IA para procesar información y aprender es innegable. Sin embargo, la esencia de la terapia psicológica radica en la experiencia humana compartida , la validación emocional y la relación de confianza. Mientras la IA nos ofrece eficiencia y alcance, la humanidad en el proceso terapéutico sigue siendo insustituible”, concluyó Dominguez.
El profesional estuvo en Cada Tarde, mirá la nota