La disfagia: ¿Qué es y cómo puede afectarte?

La disfagia: ¿Qué es y cómo puede afectarte?

Salud

Un problema de deglución que puede poner en riesgo la salud y calidad de vida. La palabra profesional en esta nota.

“La disfagia es un trastorno que afecta la capacidad de tragar alimentos, líquidos o incluso saliva de manera segura y eficiente”, sostiene la fonoaudióloga Patricia Gil.

Este problema puede tener diversas causas, desde afecciones neurológicas hasta complicaciones derivadas de enfermedades crónicas, y puede desencadenar una serie de síntomas que afectan la salud general de quienes la padecen. Si no se trata adecuadamente, la disfagia puede tener consecuencias graves, como malnutrición, deshidratación e infecciones pulmonares, por lo que es fundamental reconocer sus signos y buscar tratamiento oportuno.

¿Qué es la disfagia?

Según la profesional “la disfagia es un término médico que describe cualquier dificultad para tragar, ya sea en la fase inicial de la deglución, cuando los alimentos son llevados hacia la boca, o en las fases posteriores, cuando se mueven hacia la garganta y el esófago. A medida que este trastorno progresa, puede hacer que comer y beber se conviertan en una experiencia incómoda e incluso peligrosa”.

-¿Cómo funciona el proceso de deglución y por qué se ve afectado?

La deglución, un proceso aparentemente sencillo, involucra una serie de movimientos coordinados entre los músculos de la boca, la garganta y el esófago. Cualquier interrupción en este proceso, ya sea por una debilidad muscular, una obstrucción o una alteración neurológica, puede dar lugar a disfagia.

Causas

“Las causas de la disfagia son diversas y, en algunos casos, complejas”, argumentó la fonoadióloga. Entre las más comunes se incluyen:

-Trastornos neurológicos: Enfermedades como el accidente cerebrovascular (ACV), la enfermedad de Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la esclerosis múltiple pueden afectar los nervios y músculos que controlan la deglución, dificultando el paso de los alimentos.

-Enfermedades musculares: Trastornos como la miopatía (debilitamiento de los músculos) o la distrofia muscular pueden reducir la fuerza y la coordinación de los músculos implicados en la deglución.

-Obstrucciones físicas: Tumores en la boca, la garganta o el esófago pueden bloquear el paso de los alimentos. La acalasia, una afección en la que el esófago pierde la capacidad de contraerse correctamente, también puede causar disfagia.

-Reflujo gastroesofágico (ERGE): El reflujo ácido crónico puede dañar los músculos del esófago y, con el tiempo, causar dificultades para tragar.

-Enfermedades inflamatorias: Afecciones como la esofagitis, que puede ser provocada por infecciones, alergias o reacciones a medicamentos, también son causas comunes de disfagia.

-Enfermedades relacionadas con el envejecimiento: El envejecimiento puede debilitar los músculos y los reflejos que participan en la deglución, lo que aumenta el riesgo de desarrollar disfagia, especialmente en personas mayores.

Síntomas

Los síntomas de la disfagia pueden variar según su gravedad y causa subyacente, pero algunos de los más comunes incluyen:

-Dificultad para tragar alimentos, líquidos o saliva.

-Dolor o incomodidad al tragar (odinofagia).

-Tos o atragantamiento al comer o beber.

-Sensación de que la comida se queda atascada en la garganta o el pecho.

-Regurgitación o reflujo de alimentos.

-Pérdida de peso inexplicada.

-Ronquera o cambios en la voz.

-Infecciones respiratorias recurrentes debido a la aspiración de alimentos o líquidos hacia los pulmones.

¿Qué sucede si no es tratada?

“Cuando la disfagia no se trata adecuadamente, puede llevar a una serie de complicaciones graves”, expresó Gil. Entre las mismas figuran:

Malnutrición y deshidratación: La dificultad para tragar puede hacer que la persona ingiera menos alimentos y líquidos, lo que puede provocar una pérdida de peso significativa y deficiencias nutricionales.

Aspiración pulmonar: Si los alimentos o líquidos entran en las vías respiratorias en lugar de ser dirigidos al esófago, se corre el riesgo de aspiración, lo que puede causar neumonía por aspiración, una condición grave que afecta los pulmones.

Infecciones respiratorias: Las personas con disfagia tienen un mayor riesgo de desarrollar infecciones respiratorias debido a la aspiración de partículas de comida o líquidos hacia los pulmones.

Aislamiento social: Comer y beber son actividades sociales importantes, y las personas con disfagia pueden sentirse avergonzadas o incómodas durante las comidas, lo que puede llevar al aislamiento social y a la reducción de la calidad de vida.

Tratamiento

“El tratamiento de la disfagia depende de la causa subyacente. En algunos casos, la rehabilitación de la deglución, que incluye ejercicios específicos para fortalecer los músculos implicados en la deglución, puede ser útil. También se pueden recomendar cambios en la dieta, como la consistencia de los alimentos o el uso de espesas, para facilitar el proceso de deglución. En situaciones más graves, puede ser necesario recurrir a intervenciones quirúrgicas o a la colocación de una sonda de alimentación”.

Hay que comprender que la disfagia es un trastorno que puede tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de quienes lo padecen. Reconocer sus síntomas y buscar atención médica temprana es esencial para evitar complicaciones graves y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.

La profesional estuvo en Cada Día, mirá la entrevista.