Las infecciones oculares son afecciones comunes, pero cuando no se tratan a tiempo, pueden causar daños irreversibles en la vista. Conocer sus síntomas, causas y tratamientos es clave para prevenir complicaciones.
Las infecciones oculares son un problema de salud que afecta a millones de personas en todo el mundo. A menudo son provocadas por bacterias, virus, hongos o parásitos, y si bien muchas pueden ser tratadas eficazmente con medicamentos, algunas pueden tener consecuencias graves si no se diagnostican a tiempo. La visión es uno de nuestros sentidos más valiosos, por lo que es fundamental conocer los síntomas y cómo prevenir que una infección ocular cause daños permanentes.
¿Qué son las infecciones oculares?
Según precisó el médico oftalmólogo Pedro Mir, “una infección ocular es una inflamación o irritación del ojo provocada por agentes patógenos como bacterias, virus, hongos o parásitos. Estas infecciones pueden afectar cualquier parte del ojo, desde la superficie (como la conjuntiva, que es la membrana que cubre la parte blanca del ojo) hasta estructuras más profundas como la córnea o la retina. En algunos casos, las infecciones oculares pueden ser leves y desaparecer con tratamiento adecuado, pero en otras, pueden llevar a complicaciones graves, como pérdida de visión”.
-¿Qué tipos son las más comunes?
Conjuntivitis: “También conocida como ‘ojo rojo’, es una de las infecciones oculares más comunes. Puede ser causada por bacterias, virus o alérgenos. Sus síntomas incluyen enrojecimiento, picazón, secreción acuosa o purulenta y sensación de arenilla en los ojos”.
Queratitis: “Es una infección que afecta a la córnea, la capa transparente que cubre la parte frontal del ojo. La queratitis bacteriana o viral puede provocar dolor intenso, visión borrosa, sensibilidad a la luz y secreción ocular. En casos graves, la queratitis puede generar cicatrices en la córnea, lo que puede afectar permanentemente la visión”.
Blefaritis: “Es la inflamación de los párpados, generalmente provocada por una infección bacteriana. Suele ir acompañada de enrojecimiento, picazón y sensación de pesadez en los párpados. Aunque no suele causar pérdida permanente de la visión, puede ser molesta y recurrente si no se trata adecuadamente”.
Endoftalmitis: “Una infección más grave que afecta las partes internas del ojo, como el humor vítreo y la retina. A menudo es causada por bacterias que entran al ojo tras una cirugía ocular o una herida penetrante. La endoftalmitis puede llevar a la pérdida de visión permanente si no se trata rápidamente”.
Síntomas de una infección ocular

Los síntomas de las infecciones oculares pueden variar según el tipo de infección, pero los más comunes incluyen:
-Enrojecimiento del ojo
-Dolor o sensibilidad ocular
-Secreción excesiva, que puede ser acuosa o purulenta
-Visión borrosa
-Picazón o sensación de cuerpo extraño en el ojo
-Hinchazón de los párpados
-Sensibilidad a la luz
-Lagrimeo excesivo
Es importante no ignorar estos síntomas, ya que un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden prevenir complicaciones graves, incluyendo la pérdida permanente de la visión.
Tratamientos
“El tratamiento de las infecciones oculares depende del tipo de agente causante”, argumentó Mir.
-Infecciones bacterianas: Se tratan generalmente con antibióticos, ya sea en forma de gotas, pomadas o pastillas. El tratamiento adecuado elimina las bacterias y previene complicaciones.
-Infecciones virales: Las infecciones virales, como las causadas por el herpes simple, no siempre pueden ser tratadas con antibióticos. Sin embargo, existen medicamentos antivirales que pueden ayudar a reducir la gravedad y duración de la infección.
-Infecciones fúngicas: Si se trata de una infección por hongos, se requieren medicamentos antifúngicos. Este tipo de infecciones son menos comunes, pero pueden ser más difíciles de tratar.
-Infecciones parasitarias: Algunas infecciones oculares, como las causadas por el parásito Acanthamoeba, requieren tratamientos especializados, a menudo combinados con la eliminación del parásito mediante medicamentos y cuidados intensivos.
Prevención y cuidado ocular
“La prevención de las infecciones oculares incluye prácticas de higiene adecuadas, como lavarse las manos antes de tocarse los ojos, evitar compartir toallas o lentes de contacto, y consultar al oftalmólogo al primer signo de infección. Es crucial seguir las indicaciones médicas, no automedicarse y realizar controles regulares con el especialista”, aconsejó el profesional.
¿Pueden afectar de manera permanente la visión?
“Si bien muchas infecciones oculares se pueden tratar con éxito y no dejan secuelas, otras pueden causar daño permanente a la visión. La gravedad del daño depende de factores como la rapidez del diagnóstico, el tipo de infección, la parte del ojo afectada y la respuesta al tratamiento. En casos graves, las infecciones pueden llevar a cicatrices en la córnea, glaucoma, o incluso pérdida total de la visión.
“Las infecciones oculares deben tomarse en serio, ya que, aunque muchas son tratables, el retraso en la atención médica puede resultar en complicaciones que afecten permanentemente la visión. La prevención y el tratamiento oportuno son esenciales para preservar la salud ocular”. concluyó Mir.
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