El cosmos no da respiro, y el tránsito de Mercurio directo esta semana es una prueba de ello. Después de un período de retrogradación que trajo confusión, malentendidos y decisiones postergadas, ahora este planeta de la comunicación toma su curso natural, pero lo hace con fuerza.

Esta energía poderosa no solo ordena lo que parecía caótico, sino que también pone en jaque a quienes creían que todo estaba bajo control.

No se trata solo de claridad, sino de revelaciones que pueden transformar por completo tu percepción de lo que creías seguro.

¿Estás listo para enfrentar decisiones difíciles? Este tránsito planetario pone a prueba a ciertos signos que deberán reaccionar rápido frente a desafíos inesperados en el amor, el trabajo y hasta en los vínculos más cercanos.

Si pensabas que las estrellas te iban a dar tregua, Mercurio directo tiene otra idea.

Aries

El tránsito de Mercurio directo ilumina tu casa de las relaciones, Aries, y no lo hace de forma sutil.

Las conversaciones que evitaste durante semanas ahora se vuelven inevitables.

Puede que una verdad incómoda salga a la luz, y aunque al principio duela, esta revelación te permitirá avanzar.

En el trabajo, una decisión importante marcará un antes y un después en tu carrera.

No te detengas: la claridad que llega ahora será tu mayor aliada.

Cáncer

Para vos, Cáncer, Mercurio directo se convierte en una llave que abre puertas al pasado.

Puede tratarse de un antiguo amor o un asunto familiar que creías resuelto, pero que vuelve con fuerza.

Este tránsito te invita a resolver lo pendiente, aunque te enfrentes a momentos de tensión emocional.

Aprovechá la energía para poner límites y decidir qué merece quedarse en tu vida.

Recordá: no todo lo que vuelve es para quedarse.

Libra

Libra, Mercurio directo activa tu zona de oportunidades y desafíos.

La estabilidad que tanto buscás puede tambalear, pero este movimiento cósmico te empuja a salir de tu zona de confort.

En el ámbito laboral, una oferta inesperada podría cambiarlo todo, pero solo si te animás a arriesgar.

En el amor, puede que tengas que tomar una decisión definitiva: lo que no evoluciona, se termina.