El bienestar emocional: qué es y cómo preservarlo

El bienestar emocional: qué es y cómo preservarlo

En un mundo bombardeado con imágenes de felicidad ininterrumpida, es fácil caer en la trampa de creer que el bienestar emocional es sinónimo de una sonrisa permanente y la ausencia total de problemas. Claves profesionales para internalizar.

“El verdadero bienestar emocional no se trata de estar siempre eufóricos, sino de desarrollar la capacidad de navegar por el espectro completo de nuestras emociones, cultivando la resiliencia y encontrando el equilibrio incluso en medio de la adversidad”, apuntó la psicóloga Daniela Adque .

¿Pero qué implica en realidad el denominado “bienestar emocional”? Según la profesional “El bienestar emocional es un estado dinámico que implica la conciencia, aceptación y regulación de nuestras emociones. No significa suprimir la tristeza, la ira o la frustración, sino entender que son partes intrínsecas de la experiencia humana. Implica la habilidad de:

  • Identificar y comprender las emociones: Reconocer lo que sentimos, por qué lo sentimos y cómo nos afecta.
  • Gestionar el estrés: Desarrollar estrategias saludables para afrontar los desafíos y presiones de la vida.
  • Construir relaciones significativas: Fomentar conexiones saludables y de apoyo con los demás.
  • Mantener una perspectiva positiva: Ser capaz de ver el lado bueno de las cosas y aprender de las experiencias negativas.
  • Ser adaptable: Ajustarse a los cambios y superar los obstáculos con flexibilidad.
  • Tener un propósito: Sentir que nuestra vida tiene un significado y una dirección.

Es crucial entender que el camino hacia el bienestar emocional no es lineal. Habrá días buenos y días malos, momentos de alegría y momentos de dificultad. La clave reside en cómo respondemos a esos momentos y en la capacidad de recuperarnos de ellos”.

La felicidad no es una meta constante

Uno de los mayores mitos sobre el bienestar es la expectativa de una felicidad ininterrumpida. Esta noción irreal puede llevarnos a sentirnos inadecuados o fracasados ​​cuando experimentamos emociones “negativas”. La felicidad, en su forma más pura, es un estado transitorio. Buscarla como un objetivo constante es como intentar atrapar el viento. En cambio, el bienestar emocional se enfoca en construir una base sólida que nos permita experimentar una mayor paz y satisfacción general, incluso cuando no estamos “felices”. Se trata de aceptar la impermanencia de las emociones y de aprender a fluir con ellas.

Pequeños hábitos para un gran impacto

“La buena noticia es que el bienestar emocional no es un estado inalcanzable. Se construye día a día, a través de la implementación consciente de pequeños hábitos que, sumados, generan un impacto significativo en nuestra calidad de vida. No necesitas hacer cambios drásticos de la noche a la mañana; la constancia es la clave”, argumentó Adque.

Algunos tips de la profesional:

Practicá la atención plena (Mindfulness): Dedicá unos minutos al día a prestar atención plena al momento presente. Observa tus pensamientos, emociones y sensaciones sin juzgar. Esto puede ser tan simple como concentrarse en tu respiración o saborear tu comida.

Mové tu cuerpo: La actividad física regular es un poderoso antidepresivo y ansiolítico natural. No tiene que ser un entrenamiento intenso; una caminata diaria, bailar o practicar yoga pueden hacer una gran diferencia.

Priorizá el sueño: Un sueño de calidad es fundamental para la regulación emocional. Intenta establecer una rutina de sueño regular y crea un ambiente propicio para el descanso.

Alimentate conscientemente: Lo que viene impacta directamente en tu estado de ánimo y energía. Optá por una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y granos integrales.

Conectate con otros: Invertí tiempo en tus relaciones. Hablá con amigos y familiares, participá en actividades comunitarias o unite a grupos con intereses similares.

Aprendé a decir “No”: Establecer límites saludables es crucial para evitar el agotamiento y proteger tu energía emocional.

Buscá actividades que disfrutes: Dedicá tiempo a tus pasiones e intereses. Ya sea leer, pintar, escuchar música o cualquier otra cosa que te traiga alegría, tienes espacio para ello.

Practicá la gratitud: Cada día, tomate un momento para reflexionar sobre las cosas por las que estás agradecido. Esto puede cambiar tu perspectiva y fomentar una mentalidad más positiva.

Gestioná el tiempo de pantalla: Limitá el tiempo que pasa en redes sociales y noticias que puedan generar ansiedad.

Considerá la ayuda profesional: Si sentís que tus emociones te superan o que no podés manejar el estrés, buscar el apoyo de un terapeuta o consejero puede ser increíblemente beneficioso.

“El amino hacia el bienestar emocional es personal y único para cada individuo. Ser paciente con uno mismo, celebrar los pequeños avances y, sobre todo, ser amable con tu proceso es fundamental .Al integrar estos hábitos en tu vida, no solo estarás construyendo una mayor resiliencia emocional, sino también abriendo las puertas a una vida más plena y satisfactoria.